En medio de tanta mala noticia sobre la extinción de especies gracias a nuestra inestimable ayuda, hay que celebrar cuando la mano humana actúa en el otro lado de la balanza. Después de varios años se ha podido recuperar la gallina piñeira, autóctona de Galicia, que pasados los informes oficiales a la Xunta, se espera sea catalogada oficialmente y reconocida en el 2007, como lo es ya la de Mos (parroquia de Lugo). Los huevos de esta especie oscilan entre los 55 y 65 gramos y su carne tiene un peculiar sabor entre pollo y caza, así como sus plumas son especialmente interesantes para la fabricación de cebos para la pesca.
La casi extinción de esta especie viene dada por la introducción a principios de siglo de la variedad Rhode Island, importada desde Estados Unidos para grandes granjas de la comunidad autónoma, así como, la proliferación mas tarde de especies de raza castellana y andaluza. Aunque su final sea estar en un suculento plato, por lo menos podremos disfrutar de sus peculiaridades culinarias, que a punto han estado de desaparecer
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