La industria alimentaria se encuentra cargada de todo tipo de aditivos, colorantes, potenciadores de sabor, conservantes, etc., pero quizá los productos que contienen más carga aditiva sean aquellos que se encuentran orientados a los niños, como pueden ser las golosinas o la bollería entre otros.
Un estudio elaborado por la Agencia de Seguridad Alimentaria del Reino Unido muestra una relación entre el aumento de los niveles de hiperactividad en los niños y aquellos productos alimenticios destinados a los más pequeños. Se examinaron los efectos que producían un grupo de aditivos en 153 niños de tres años de edad y 144 niños entre 8 y 9 años de edad.
Se prepararon tres mezclas alimentarias en las que se contemplaban algunos aditivos (E110, E122, E102, E124, E211 (benzoato sódico), E110 y E129, presentes en productos como la gaseosa, las chocolatinas o los snacks), la primera con una gran carga aditiva, la segunda equiparable a los aditivos que se encuentran en el mercado del Reino Unido y una tercera que sencillamente era inocua (placebo).
Los resultados mostraban que el aumento de los comportamientos hiperactivos, impulsivos o la dificultad para poder concentrarse, estaba claramente vinculado a la ingesta diaria de este tipo de productos. Dependiendo de la edad era una u otra mezcla la que ejercía mayor efecto.
Muchos de los productos que se utilizan en la industria alimentaria deberían ser sometidos a exámenes más rigurosos y ante cualquier sospecha problemática deberían ser prohibidos. Ahora recordamos el post, Menos aromas artificiales en la fabricación de alimentos o este otro, El colorante alimentario E-128 puede ser cancerígeno, en el que se muestra como se ha estado utilizando durante años un colorante usado en carnes y salsas que puede contribuir a la aparición del cáncer.
Es evidente la necesidad de revisar todos los componentes de la alimentación, muchos de los problemas de salud que sufre la sociedad son consecuencia de esos productos.
Vía | El Mundo Más información | The Lancet En Directo al paladar | Menos aromas artificiales en la fabricación de alimentos En Directo al paladar | El colorante alimentario E-128 puede ser cancerígeno