Sólo con leer el titular seguro que muchos asienten con la cabeza, cuestión que se ha verificado tras un estudio del Departamento de Psicología Clínica del Instituto de Psicoterapia e Investigación Psicosomática de Madrid.
Tomar caramelos y chicles ofrece un efecto activador que colabora en el proceso de atención y resolución de problemas cotidianos que pueden surgir por estados de estrés transitorio o ansiedad, mejora el rendimiento en nuestras tareas y nos prepara para la acción.
Manuel Rodríguez Abuín, doctor en Psicología y director de la Unidad de Psicología Clínica del Instituto de Psicoterapia e Investigación Psicosomática de Madrid, confiesa que la idea de realizar este estudio fue fruto de la casualidad, pues son muchas las personas que en estados de nerviosismo, estrés o ansiedad, recurren a la masticación de un chicle o a los caramelos.
El estudio constaba de dos procedimientos, un cuestionario tipo test y un registro psicofisiológico. También se establecieron tres medidas, la línea de base, la fase experimental en la que se proporcionaban o no chicles y caramelos y la fase posterior a la ingesta.
Uno de los resultados que claramente nos puede convencer, es que el acto de chupar disminuye el estado de ansiedad, es como un calmante natural que ya sucede cuando hemos sido bebés con el chupete. Otro es que aumenta la conductividad eléctrica de la piel y provoca un mayor nivel de activación.
Entonces, las personas que están todo el día masticando chicle tienen que estar super relajadas ¿no?
Vía | Tecnociencia Más información | Psicoter