En mayo del pasado año hablábamos sobre un arroz transgénico con genes humanos incorporados, ideal para combatir la diarrea. Las pruebas realizadas han sido satisfactorias y por fin el nuevo producto posee el beneplácito del Departamento de Agricultura estadounidense.
Como ya explicábamos en su momento, el material genético que incluye la nueva variedad de arroz son los genes responsables de fabricar dos proteínas en concreto, la lactoferrina y la lisozima, proteínas que se encuentran de manera natural en las lágrimas, en la saliva y en la leche materna.
La plantación del arroz se realizará en el estado de Kansas (EEUU) y se destinarán 12 kilómetros cuadrados a producir el nuevo producto. En cuanto a las expectativas de producción, los directivos de la empresa Ventria Biosciencie son muy optimistas, ya que se considera a las nuevas plantas de arroz, muy eficaces.
El nuevo arroz ya tiene opositores que alegan la falta de pruebas y efectividad, además tachan al arroz de ser un alimento desconocido que puede dañar a corto o largo plazo la salud humana. Otro miedo latente es la posibilidad de que se introduzca esta nueva variedad de arroz en los distintos productos de la cadena alimentaria (platos preparados) sin tener la certeza de que sea totalmente inocuo.
¿Es lo mismo cuando se modifica un determinado producto para mejorarlo, obtener mayor tamaño, calidad o resistencia que un producto al que se le han incorporado genes humanos y que no tienen nada que ver con su química y composición?, en nuestra opinión el nuevo arroz pertenece a otro tipo de productos transgénicos y quizás si puedan ser peligrosos.
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