Queremos contar algo que es un tanto indignante y que seguro que más de uno ya sabéis, hemos hablado con un amigo nuestro que trabaja en uno de los grandes supermercados que tiene sucursales en toda España, nos explicó algunas cosas que sin duda sorprenderán a más de uno.
Según nos explicó, el almacén interno de esta cadena comercial tiene una peculiar forma de trabajar, empezaremos por explicar qué hacen con determinados alimentos, imaginaros un pack de 3 zumitos de piña y uno de los briks se ha roto, pero quedan los otros dos.
Este pack ya no puede venderse, pero sí se podrían aprovechar los otros dos zumos, ya sea en una reventa más económica, en una ayuda a los más necesitados o incluso para disfrute de los propios trabajadores, pero no.
En lugar de alguna de las opciones antes mencionadas, prefieren tirarlos a la basura y tienen totalmente prohibido que se puedan aprovechar, de hecho, nos dijo que si se te ocurría tomarte el zumo, podrían incluso echarte.
Hemos puesto el ejemplo del zumito, pero nos relató la gran cantidad de productos que se tiran a diario y no nos referimos a productos que estén abiertos o rotos, si no a productos en perfecto estado, la única pega es la falta de un componente en el pack o algún otro desperfecto del envase que no perjudica al producto. Seguidamente nos relató que cuando estuvo trabajado en otro centro comercial años atrás, pasaba exactamente igual.
La explicación que dan los mandos del supermercado nos dejó más perplejos aún, que en parte pueden tener razón, pero para todo hay soluciones. Resulta que estos productos no se reparten a organizaciones benéficas por falta de espacio para su almacenaje, porque el propio centro no es una organización benéfica y porque de esta manera se evita que venga nadie a pedir limosna o ayuda.
Sólo hay que darse cuenta de que los contenedores de basura están en un recinto bajo llave para que nadie pueda acceder a ellos. También nos explicó que la política de estas empresas no permite que los trabajadores se aprovechen porque argumentan que entonces ellos mismos romperían los envases para beneficiarse afirmando que los habían encontrado rotos.
La verdad, si se permite tirar sin escrúpulos una gran cantidad de comida, no nos extraña que cobren hasta seis veces el valor real del producto y es así. Nosotros tenemos la experiencia de conocer este hecho, el encargado de una empresa de rodillos es amigo nuestro y nos explica algunas situaciones que son enfermizas, un rodillo para pintar de lana de máxima calidad, es vendido a una cadena comercial por 4 euros, este mismo rodillo es revendido por 18 euros.
Lo mismo pasa con los alimentos, a pesar de que en estas cadenas los podemos encontrar más baratos que en otras tiendas, los beneficios son astronómicos pero no queremos hablar de los beneficios, pero sí argumentar que podrían permitirse almacenar estos productos y servirlos a una organización benéfica que sin duda, para algo mejor que de basura servirán.
La pregunta que os hacemos es, ¿has conocido algún caso de estas características, te parece razonable la forma de proceder?