Algunos productos lácteos como los yogures con trozos de fruta o los zumos de fruta industriales, se anuncian en los distintos medios de comunicación argumentando que aportan al organismo todas las propiedades beneficiosas de las frutas llegando a igualar su consumo, es decir, que te tomas un vaso de zumo y te estás comiendo un par de naranjas. Dos yogures podrían equivaler a una pera y un batido lácteo con frutas equivaldría a disfrutar de los beneficios de dos melocotones, por ejemplo.
Totalmente falso, muchos productos que incorporan fruta y que se publicitan utilizando reclamos de esta índole, no satisfacen en absoluto el consumo de fruta necesario por ración. A través de un artículo publicado en la Coordinadora de Organizaciones de Agricultores y Ganaderos (COAG), conocemos la denuncia realizada por este organismo y la exigencia que realiza al gobierno español, no utilizar la imagen y propiedades de la fruta en productos cuya cantidad en este alimento sea insignificante.
El ejemplo que nos muestra COAG es bastante significativo, si queremos alcanzar la ingesta de una ración de fruta, deberíamos consumir unos 53 yogures, y si se tratara de alguno de los refrescos que se anuncian con contenidos frutales, nada menos que 30 latas de estas bebidas serían necesarias para alcanzar la cantidad equivalente a una ración de fruta.
No hay que desplazar el consumo de fruta, nada es comparable al sabor genuino y exclusivo que una pieza de fruta nos pueda ofrecer. Un yogur es un alimento muy saludable pero diferente de una pieza de fruta, aunque incorpore trocitos de ella. Un pequeño ejemplo, un yogur Vitalinea de Danone con trocitos de fresa tiene un peso neto de 125 gramos y de ellos, un 10,8 % corresponde a la cantidad de fruta contenida, es decir 13,5 gramos de fresas.
Estos productos intentan captar la atención del consumidor y se vale de las campañas publicitarias que abogan por el consumo de fruta para luchar contra el sobrepeso y la obesidad, para mantenerse sano gracias al aporte nutricional que este alimento ofrece. Es sin duda un tipo de publicidad engañosa que confunde a los consumidores y que debería estar regulada.
Vía | COAG En Directo al paladar | Bio auténtico a partir de julio