Las conservas tradicionales como las verduras, mermeladas, pescados en aceite, etc. han sido hasta ahora las más utilizadas, pero hay otro tipo de alimentos elaborados y preparados. Ésta forma de conservación hace que disminuya tanto el sabor como las características nutritivas del alimento pero mediante modernas técnicas de envasado al vacío se evita la oxidación del producto, el uso de antioxidantes, conservantes, el calentamiento rápido a altas temperaturas, etc. lo que conlleva a la obtención de productos de buen nivel nutritivo. Hay una serie de consejos a la hora de usar los productos enlatados:
1) Si se observa que la lata está oxidada o abombada, hay que desecharla. 2) Hay que leer bien la información de la etiqueta, fecha de caducidad, conservación, peso neto y escurrido, etc. 3) Desechar aquellas conservas que al abrirlas tienen en la superficie un líquido turbio o una poca de espuma. El producto ha podido sufrir una acidificación por la presencia de bacterias. 4) Hay que buscar el producto de mejor calidad a menor precio, es decir, hay que tener en cuenta la relación calidad/precio. Y con esto, ¿no entran ganas de preparar unas anchoas con un poquito de aceite, ajo picadito y perejil en pan? Os las aconsejo, están riquísimas.
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