Se acerca la blanca Navidad y no es necesario decir que el panorama nacional en cuanto a la contienda política es sumamente sonrojante, sin entrar en más análisis ni señalar a nadie, que es algo que desde aquí a nosotros no nos corresponde hacer.
Aún así, y a través de Google, llego a unas declaraciones que recoge la Cadena Cope de la dirección de la primera productora de cava de Cataluña, Freixenet.
El año pasado, y debido a unas "declaraciones" de un líder político catalán sobre la candidatura olímpica de Madrid, se produjo un más o menos fracasado boicot contra los productos catalanes que aunque no tuvo un seguimiento masivo redujo las ventas de esta marca un 4%.
Este año el boicot, a cuenta de la Reforma del Estatut de Cataluña, se masca de una manera más agresiva, o al menos yo desde Madrid lo veo así, siendo este un punto de vista valorativo, nada contrastado ni científico.
El caso es que mi punto de vista parece ser compartido por la dirección de la marca de cavas mencionada, que teme como una vara verde que el boicot de este año les haga perder aún más clientes y hueco en el mercado.
Este post lo que pretende es que entre todos hagamos una reflexión: es realmente el tejido industrial catalán y los trabajadores que viven de él y lo sustentan con su trabajo culpable de las acciones de su clase política? En nigún caso quiero desde aquí beneficiar los productos catalanes en detrimento de otros, sólo pretendo (sin afán paternalista) aconsejar al consumidor que compre lo que le dé la gana sin hacer demasiado caso a aquellos que viven como reyes acosta de azuzar a los unos contra los otros. Si compras extremeño, hazlo porque te gusta o te conviene, y si compras valenciano o catalán, hazlo por la misma razón.
Aboguemos por un consumo responsable y con personalidad. Perdón por el rollo político y un saludo a todos...
VIA l CADENA COPE