En nuestro establecimiento habitual, en el supermercado o en las grandes superficies, podemos encontrar sopas de sobre,. Las hay de todo tipo y con diversos ingredientes, además todas ellas presentan algo común, los potenciadores del sabor, algo que no aporta beneficios para nuestro organismo.
Son una comida fácil de preparar y muy rápida, gracias a esto, si tenemos poco tiempo, pueden resultar muy eficaces. Estas sopas además las podemos consumir en cualquier época del año, siempre son confortables. Pero como una sopa casera no hay nada.
No debemos mantener las sopas de sobre en nuestra dieta como algo habitual, su uso debería ser esporádico, ya que presentan un alto nivel de sodio, dichos niveles no son nada recomendables para quienes padecen retención de líquidos, hipertensión o alguna afección cardiovascular.
El proceso de elaboración al que están sometidas es la deshidratación mediante el calor y la ausencia de agua en ellas propicia la conservación del producto largo tiempo.
Este tipo de sopas nos da un aporte calórico mínimo, son escasas en grasas, proteínas e hidratos de carbono. Además están faltas de vitaminas y minerales y por el contrario, contienen una gran cantidad de aditivos como el glutamato monosódico para potenciar el sabor o los colorantes alimentarios.
Como siempre decimos, los excesos son malos, de vez en cuando no está mal tomarnos una sopa de sobre, pero no hagamos una rutina de ellas.
Vía | Consumer