Trucos para ahorrar energia en la cocina
Si el otro día hablábamos de cómo ahorrar a la hora de hacer la compra, hoy vamos ver como también es posible economizar energía a la hora de cocinar y de usar los electrodomésticos de nuestra cocina.
Cuando vayamos utilizar el horno debemos intentar aprovechar al máximo su capacidad cocinando el mayor número posible de alimentos de una sola vez.
Al abrir la puerta del horno se pierde un 20% del calor acumulado en el interior, así que tendremos que intentar no abrirlo de forma innecesaria.
Para los horneados de más de una hora, no es necesario precalentar el horno.
Cocinar con olla a presión, en vez de con cacerolas convencionales, ya que esta consume menos energía.
Tapar las cacerolas durante la cocción y bajar el fuego al mínimo una vez que haya comenzado la ebullición, nos permitirá gastar menos.
El microondas gasta un 70% menos de energía que un horno convencional. Cuando la receta te lo permita, úsalo.
Descongela los alimentos dentro del refrigerador, de esta manera se aprovecha el frío que emiten, además de ser mucho más saludable.
El frigorífico es el electrodoméstico que más energía usa de toda la casa, así que merece la pena seguir estos consejos para limitar su consumo:
El lugar donde este ubicada la nevera será fundamental para su rendimiento. Es recomendable alejarlo de las fuentes de calor y permitir que circule el aire por la parte trasera, ya que el consumo puede aumentar hasta un 15%.
Comprobar que las puertas del frigorífico y del congelador cierren correctamente de forma hermética, y abrirlas el menor número de veces posible, durante el menor tiempo.
Descongelarlo en el caso de que se forme escarcha y siempre antes de que llegue a formarse una capa de hielo, de lo contrario el gasto puede incrementarse en un 30%.
La temperatura ideal para el refrigerador es de 6ºC y alrededor de -18ºC para el congelador. Ajusta el termostato a esas cantidades y conseguirás un reducir el consumo.
Y por último un par de consejos a la hora de lavar los platos:
Lavar los cacharros a mano, puede resultar un 60% más caro que hacerlo en un lavavajillas. Pero si no te queda otra que hacerlo a mano, ten el grifo cerrado mientras friegas los platos y acláralos todos juntos lo más rápido posible.
Y si usas un lavaplatos, ponlo en marcha únicamente cuando esté completamente lleno, buscando que la vajilla este bien ordenada y optimizando el espacio.
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