Uvas sin pepitas. Buscando la fruta perfecta...

"¡Pero esa uva debe ser transgénica por lo menos!" No, no lo era. Era una uva sin pepitas de una de las muchas variedades que se cultivan hoy y que se llevan cultivando bastante tiempo. El comentario vino de una conocida, a la que le comentamos que habíamos comprado esas uvas, porque no tienen pepitas, y porque son más fáciles de comer para los niños. Pero el comentario refleja un pensamiento muy habitual. Que si algo no tiene pepitas "no es natural", porque las semillas con necesarias para que las plantas se reproduzcan, etc... etc... Por tanto, algo sin semillas, tiene que ser artificial, y dentro de lo artificial, parece que lo "transgénico" sería lo peor.

El caso es que llevamos miles de años luchando contra las pepitas en las frutas. El motivo es obvio, son molestas, y en algunos casos peligrosas. Evolutivamente, la fruta está diseñada para ser ingerida por animales, y que luego estos dispersen sus semillas, pero al ser humano, no le gusta tragarse las pepitas, y desde hace milenios, va en busca de variedades que no tengan pepitas.

El mejor ejemplo de esto es el plátano silvestre. Yo prefiero, sin duda, el que no tiene pepitas:

Las uvas sin pepitas

Lo cierto es que hay bastantes variedades de uvas sin pepitas, y de momento, ninguna de ellas transgénicas (aunque se está investigando sobre ello). Algunas de ellas se utilizan para la elaboración del vino, y otras, como las que compré yo, se utilizan para la elaboración de uvas de mesa. De la variedad Autumn King ya hablamos en DAP. Sinceramente, no tener que lidiar con las dichosas pepitas es una gozada.

Estas variedades se han conseguido a partir de distintas técnicas de hibridación, o de selección de embriones, y de momento no ha sido necesario utilizar técnicas otras técnicas más modernas de ingeniería genética. Por ejemplo, la sandía sin pepitas no esconde ningún misterio.

Un vistazo a…
PANACOTA DE VINO TINTO rápida y deliciosa

Buscando las frutas perfectas

Lo cierto es que llevamos mucho tiempo en busca de frutas que nos resulten más apetecibles, más sabrosas, dulces, grandes, con más o menos jugo, y con más o menos pepitas. Casi ninguna fruta que comemos hoy existe de forma natural, y si nosotros dejásemos de existir, ellas también lo harían. No hay nada de malo y no es más o menos artificial, que el hecho de que ahora nos gusten las zanahorias naranjas y antes fueran moradas.

De hecho, a la hora de consumir fruta, hacer que estas sean más atractivas no teniendo semillas puede facilitar su consumo, y ayudar a no desperdiciar más comida. Pensad en los miles de corazones de manzana que van directamente a la basura cada año. Tener picotas, manzanas, melones o sandías sin pepitas, es tan normal, o tan raro, como cualquier otro alimento que consumimos hoy en día. Al final serán los consumidores, quienes con sus preferencias, "votarán" sobre cada una de las variedades.

A mi me gustan las picotas con hueso, porque no hay otras, y chupar el hueso es divertido (siempre que no te atragantes), pero si las hubiera sin hueso me las comería igual. Y lo que es más importante, los peques podrían comerlas antes sin mayor peligro.

En definitiva, no nos cerremos al progreso de las técnicas de agricultura y alimentación, porque algo nos parezca "artificial". Desde que descubrimos el fuego, casi todo lo es. No es más natural, es solo más antiguo.

Imágenes | Por wikipedia | francesco sgroi

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