Son muchos los restaurantes que compiten por estar presentes en las listas de las calificaciones que podemos encontrar en las guías gastronómicas, los chefs y restauradores se esfuerzan para ello. Pero claro, dependiendo del país en que se encuentren, una guía tiene mayor credibilidad o prestigio que otra, como en el caso de la Guía Zagat y la Guía Michelín.
La Guía Zagat, reina en Estados Unidos, apareció en la década de los 70, un par de neoyorquinos Tim y Nina Zagat, decidieron iniciar un interesante iniciativa que consistía en recabar opiniones sobre los restaurantes, generando así una información que marginaba la crítica especializada de entonces. Así nació y emprendió un camino llevándole a ser una de las guías gastronómicas más importantes a nivel mundial, su particularidad especial, estar entregada a la opinión popular eludiendo las críticas que realizan los expertos.
La Guía Michelín tiene mucha más solera, algo más de 100 años. pero entonces se podía catalogar como una guía publicitaria que te regalaban cuando comprabas los neumáticos de la misma marca para tu coche. La primera vez que hacen acto de presencia los restaurantes es en el año 1920, entonces se proporcionaba información sobre ellos destacando los de mayor calidad. El año 1926 fue decisivo en la guía, nacían las estrellas que marcarían el buen hacer de los restaurantes, y en nuestros días, esta guía es todo un referente europeo y en busca de ser un referente mundial.
Bien, la Guía Michelín utiliza el anonimato de sus inspectores y éstos tienen independencia en cuanto a sus criterios de selección, por el contrario, la Guía Zagat está elaborada por clientes (ahora también por críticos de diversos periódicos norteamericanos para añadir información complementaria) para hacernos una idea, unas 30.000 personas contribuyen en las críticas que se realizan de 2.000 restaurantes y eso sólo en Nueva York.
Para nosotros es más importante la valoración popular que engloba a miles de personas que el juicio de unos pocos críticos. ¿A qué viene todo esto? El motivo es un artículo que hemos leído en AFP, donde se muestra la lucha de ambas guías en Estados Unidos. Aunque se indica que no existe competencia y que ambas publicaciones son complementarias, esto es algo que no nos convence.
Hoy ha publicado la Guía Michelín la tercera edición de la guía de Nueva York en la que los restaurantes franceses son los reyes indiscutibles de la ciudad, de hecho, las tres estrellas han recaído en chefs franceses. Michelín intenta hacerse valer, sólo colocó 135.000 ejemplares de su guía Nueva York frente a los 650.000 ejemplares de la Guía Zagat. Michelín espera crecer en popularidad en el mercado norteamericano vendiendo las estrellas como algo exclusivo y de gran valía, otorgadas por críticos anónimos, responsables y competentes. Mucho tendríamos que hablar sobre las valoraciones de ambas guías, especialmente la que realizan los críticos especializados, sólo hay que recordar cuántas veces se han denunciado valoraciones injustas, pero ese es otro tema a tratar con más profundidad.
Zagat vende su sabiduría popular, la guía elaborada por todos y para todos, aunque quizá algo ensombrecida por la participación de los críticos gastronómicos de los periódicos. Sinceramente, si tuviéramos que elegir una, casi nos decantaríamos por la Zagat, es otra filosofía. ¿Qué opinas tú?
Vía | AFP Más información | Zagat Más información | El País Más información | El Mundo En Directo al paladar | Guía Roja Michelín Francia 2007, estrena la primera chef con 3 estrellas Michelín