Las recetas tradicionales suelen triunfar y más si nos las presentan en forma de bartolillos madrileños, una suerte de empanadillas rellenas de crema pastelera que están para ponerles un pisazo en el centro de la capital. Es frecuente encontrarlos en los escaparates de las pastelerías más clásicas a lo largo de todo el año, aunque es la Semana Santa su época de mayor consumo.
En mi familia siempre se hicieron empanadillas de crema y, durante años, yo pensé que la cosa era un invento de mi abuela -que usaba obleas compradas-. Sin embargo, al preparar esta receta no he podido evitar pensar si lo que yo siempre llamé empanadillas de crema pastelera no es otra cosa que los bartolillos. Es bastante probable.
Preparar este dulce tradicional de Madrid en casa es muy sencillo, aunque requiere de un pelín de organización. El relleno de crema pastelera ha de estar frío cuando se monten las criaturas, por lo que es necesario meterse en faena un par de horas antes. La masa se hace en un pispás y, en cuanto esté lista, solo queda estirarla, rellenarla y freír los bartolillos. No dejéis de probarlos, son cosa mala.
El relleno de crema pastelera lo vamos a hacer en el microondas, que es método más limpio, rápido y cómodo. En un recipiente amplio y hondo, apto para microondas, introducimos todos los ingredientes y removemos con unas varillas para asegurar que no quedan grumos.
Llevamos el bol al microondas y programamos tres minutos a 800 w de potencia. Removemos con las varillas y programamos dos minutos más a la misma potencia. Removemos de nuevo para homogeneizar, cubrimos con papel film pegado a la crema -para que no forme costra- y dejamos enfriar.
Mientras tanto preparamos la masa y, para ello, ponemos la harina en un bol junto con la manteca de cerdo, y la sal. Trabajamos con las yemas de los dedos para integrar antes de incorporar el vino blanco y amasar unos minutos. Si queda demasiado seca añadimos un poco de aceite o agua fría hasta obtener una masa lisa y firme, pero bien hidratada. La envolvemos en papel film y guardamos en la nevera 15 minutos o hasta que la crema pastelera esté fría.
Dividimos la masa en 18 partes iguales y estiramos cada una con ayuda de un rodillo, que queden bien finas, dando forma ovalada y alargada. Colocamos una cucharada de crema en un extremo y doblamos el otro extremo de masa por encima.
Presionamos los extremos con suavidad y recortamos el sobrante con un cortapastas de zigzag -si tenéis- para darle una forma bonita, como de lengua. Ahora solo queda freír los bartolillos en abundante aceite caliente, volteando para que se doren por ambos lados.
Escurrimos bien el exceso de aceite dejando los bartolillos fritos sobre un plato con papel absorbente. Los espolvoreamos con azúcar glas y canela molida (opcional) y servimos. Están deliciosos recién hechos o reposados y fríos.
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Con qué acompañar los bartolillos madrileños
Dependiendo del momento en que se sirvan estos bartolillos madrileños, les irá mejor un acompañamiento u otro. Si se consumen a la hora de la merienda, un vaso de leche, un café o una infusión son perfectos compañeros de viaje. Sin embargo, si se sirven en la sobremesa, una copita de licor les sienta de fábula.
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