Este bizcocho de pomelo glaseado resulta un poco diferente a los habituales que suelen ir aromatizados con limón o naranja. El pomelo es una fruta con un sabor intermedio entre ambos, lo que le aporta es un toque fresco y aromático, sin llegar a ser amargo como el limón ni tan empalagoso como con naranja.
El bizcocho va recubierto con un ligero glaseado de zumo y azúcar glas que por supuesto no es imprescindible, puesto que el pastel al llevar la ralladura no depende exclusivamente del glaseado para poder disfrutar del aroma a pomelo. Y aunque no es un bizcocho que suba en exceso y quede demasiado vistoso tiene un sabor a los bizcochos caseros de siempre por su aporte de mantequilla.
Ingredientes
- Mantequilla a temperatura ambiente 225 g
- Azúcar 225 g
- Huevo 4
- Harina bizcochona con levadura 225
- Pomelo rosa o rojo
- Azúcar glasé 80 g
Cómo hacer bizcocho de pomelo glaseado
- Tiempo total 1 h 5 m
- Elaboración 20 m
- Cocción 45 m
Precalentar el horno a 180ºC o a 170ºC con turbo. En un bol o el vaso de una batidora batir la mantequilla con el azúcar hasta que doble el volumen y se vea cremosa. Añadir los huevos uno a uno, incorporando el siguiente cuando ya se haya absorbido el anterior. Agregar la ralladura de pomelo y la harina con levadura. Mezclar bien para que se forme una masa sin grumos. Hornear a la misma temperatura durante 45 minutos.
Una vez cocido el bizcocho dejarlo dentro del molde y poner un cacito al fuego con el zumo y el azúcar, llevar a ebullición y verter rápidamente sobre el bizcocho aún caliente dejando que vaya absorbiendo el glaseado. Desmoldarlo una vez frío.
Con qué acompañar el bizcocho
El bizcocho de pomelo glaseado es muy jugoso gracias al aporte del zumo de fruta en su interior y lo hace muy adecuado para desayunos y meriendas. Al llevar el glaseado se mantiene como mucho durante tres o cuatro días en un recipiente hermético y también se podría congelar.
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