Si alguna vez os habéis encontrado en la situación de tener invitados inesperados a merendar, como me ocurrió a mí el pasado fin de semana, y no tenéis nada que ofrecer, os aconsejo que preparéis esta receta de bizcocho de vainilla con fresas. Además de ser una solución rápida de preparar os encantará el sabor de este bizcocho.
Por supuesto, podéis cambiar las fresas por otra fruta, pero me parece que esta fruta combina perfectamente con el sabor de la aromática vainilla. Tengo la suerte de contar con unas amigas estupendas y una de ellas me hizo llegar un combinado de extractos para repostería que, como veis, me apresuré a estrenar.
Empezamos poniendo en un bol el azúcar y la mantequilla y los batimos hasta que queden espumosos. A continuación añadimos la harina, la levadura, la sal y volvemos a batir a velocidad media hasta que la mezcla tenga una consistencia granulosa.
En un cuenco aparte, batimos el huevo, el extracto de vainilla y la leche. Vertemos esta mezcla sobre la anterior y seguimos batiendo hasta que esté todo incorporado. Con una espátula iremos retirando la masa adherida en las paredes.
Engrasamos un molde de 20 cm y lo llenamos con la masa, que hornearemos 20 o 25 minutos, hasta que insertando un palillo este salga limpio. Dejamos enfriar ligeramente el bizcocho, lo desmoldamos, lo espolvoreamos de azúcar molido y repartimos por encima las fresas limpias y troceadas y las virutas de chocolate.
Con qué acompañar el bizcocho de vainilla con fresas
Me compré hace poco un molde de 20 cm que es el que usé para esta receta de bizcocho de vainilla con fresas, por eso veréis que las medidas de los ingredientes son bastantes reducidas. Si vuestro molde es mayor ya sabéis que sólo tenéis que duplicarlas para ajustarlas a la medida correcta. Servido así con fresas casi no necesita ningún acompañamiento, pero con un chocolate, por ejemplo, está delicioso.
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