Puede ser que en las pastelerías ya no los veáis como se veían antes, y es que quizás se han quedado ligeramente pasado de moda, pero los profiteroles de crema chantilly siguen siendo un pastelito adictivo donde los haya y buscado por muchos en las vitrinas de las confiterías.
El origen de su nombre procede del francés profit, que significa ganacia, propina o pequeña paga extra que solían recibir los empleados domésticos y que consistía en una pequeña bola de masa de pan que se horneaba sobre cenizas.
Este pequeño pan evolucionó hasta el siglo XVI, en gran medida gracias a los cocineros de Catalina de Medicis, que elaboraron un pastel de masa caliente que pasó a denominarse pasta choux en el siglo XVIII.
Poco tiempo después, durante el siglo XIX, el gran cocinero francés Antonin Carême perfeccionó los choux rellenos de crema batida y así se fueron añadiendo pequeños cambios a la fórmula hasta llegar hoy a los profiteroles que aún descubrimos en las pastelerías más tradicionales. ¿Os animáis vosotros a prepararlos con nuestra receta? Seguro que triunfáis con ellos.
Comenzaremos preparando la pasta choux, para ello precalentamos el horno a 150 grados centígrados y preparamos una bandeja con papel de hornear. En un cazo mezclamos la leche y el agua, añadimos la mantequilla en dados, la sal y el azúcar. Calentamos a fuego fuerte y removemos con una espátula hasta que la mantequilla se derrita.
Llevamos a hervir, retiramos del fuego y añadimos toda la harina de una vez, mezclando rápidamente con una espátula hasta que no se vean grumos. Volvemos a poner el cazo al fuego fuerte para que la masa se seque durante uno o dos minutos.
Pasamos a un bol y removemos durante unos minutos con una espátula para que enfríe ligeramente, le vamos entonces añadiendo el huevo hasta obtener la textura correcta. Esta sería cuando la masa cae de la espátula desprendiéndose claramente en trozos.
Echamos la masa en una manga pastelera con una boquilla de un centímetro de diámetro, puede ser lisa o con dientes, a nuestra elección. Formamos sobre la placa unos choux de unos cinco centímetros de diámetro., dejando separación entre ellos. Los espolvoreamos con las almendras fileteadas y los horneamos a 150 º durante 35 a 40 minutos. Una vez fuera del horno los dejamos enfriar sobre una rejilla.
Para el relleno de chantilly, vertemos la nata muy fría en un bol, y batimos con las varillas de una batidora a velocidad media. Cuando la nata ya esté casi montada, añadimos el azúcar glas y la vainilla. Continuamos batiendo hasta que la nata se pegue a las varillas. La guardamos en la nevera hasta que la usemos. La pasamos a una manga pastelera con una boquilla rizada de unos 16 milímetros de diámetro.
Cuando los choux se hayan enfriado, recortamos el tercio superior de cada uno con un cuchillo de sierra y le rellenamos la base con el chantilly, haciendo que la crema sobresalga. Espolvoreamos los "sombreros" con azúcar glas y volvemos a cubrir las bombas presionando ligeramente hacia abajo, luego servir o conservar en el frigorífico hasta el momento de servir.
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Con que acompañar los profiteroles de chantilly
Los profiteroles de chantilly son unos bocados ideales para cuando tenemos invitados a merendar y no queremos liarnos con la preparación de una tarta más complicada.
La masa choux es recomendable consumirla en el día para apreciar mejor su textura, ya que al día siguiente se queda reblandecida por el relleno, pero con estos bocaditos estamos seguros de que no vais a tener ese problema, pues seguramente no tengáis que guardar ni uno, pues son sencillamente adictivos.
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