Ya sabéis que soy una apasionada de los bizcochos, pero especialmente de la categoría de los bundt cakes, que se hornean en moldes especiales de varias y bonitas formas, todas ellas con un agujero en el centro. El que hoy os traigo es un bundt cake de avellanas, yogur y cacao que vi en el blog de Ester.
Me parecen unos bizcochos tan bonitos que no es necesario ni glasear su superficie ni espolvorearla de azúcar molido, pues se pierde toda la gracia del dibujo que le imprime el molde. Las avellanas combinan muy bien con el cacao, pero podéis cambiarlas por nueces o almendras si lo preferís.
Empezamos precalentamos el horno a 180ºC. Después, pesamos todos los ingredientes. Tamizamos la harina junto al cacao, la sal, el bicarbonato y la levadura química y los reservamos. Batimos la mantequilla con el azúcar a velocidad media, hasta que la mezcla esté bien cremosa.
Batimos los huevos ligeramente y los agregamos a la mezcla de mantequilla y azúcar, batiendo lo justo para incorporarlo. Por último, agregamos la mezcla de harina alternándola con el yogur, empezando y acabando con la mezcla de harina. Batimos sólo lo justo, acabando de remover con una una espátula.
Por último, incorporamos las avellanas y las mezclamos con la espátula. Engrasamos bien un molde de Bundt Cake con mantequilla o spray desmoldante. Volcamos dentro la masa por un lateral y dejamos que ella sola se distribuya por todo el molde, al que daremos unos golpes secos encima de la encimera protegida por un trapo, para ayudar a distribuirse lamasa y para eliminar posibles burbujas de aire.
Hornear unos 40 minutos o hasta que pinchando con un palillo este salga limpio de masa. Lo sacamos del horno y lo dejamos templar diez minutos dentro del molde y encima de una reja. Pasado este tiempo, lo desmoldamos y lo dejamos enfriar completamente antes de servir.
Con qué acompañar el bundt cake de avellanas, yogur y cacao
Esta receta de bundt cake de avellanas, yogur y cacao, se puede conservar tapado con papel film a temperatura ambiente un par de días, también lo podemos congelar una vez frío. En este caso, cuando lo queramos consumir, lo metemos directamente dentro del horno apagado, seguidamente lo encendemos a 180ºC y cuando alcance esa temperatura el bizcocho estará ideal para consumir. Acompañadlo con un poco de nata montada.
