Me apetecía preparar algo para el desayuno que no fuera demasiado dulce, pero a la vez lo suficientemente energético como para aguantar toda una mañana de actividad sin sensación de hambre y no andar picoteando. Como tenía restos de dátiles decidí aprovecharlos, porque después siempre me acaban caducando. Así que hoy os traigo un cake de dátiles y nueces que cumple todas estas condiciones y encima me ayudaba a vaciar un poquito la despensa.
Como en todos los cakes con frutos secos, si no os gustan las nueces podéis cambiarlas, manteniendo el peso de los ingredientes, por algúno que os guste más o incluso añadirle fruta desecada. Pero lo importante es mantener las proporciones para no desequilibrar la cantidad de harina y huevos.
Ingredientes
- Dátiles sin hueso 140 g
- Brandy u otro licor 50 ml
- Nueces picadas 100 g
- Bicarbonato sódico 1 y 1/2 cucharaditas
- Mantequilla a temperatura ambiente 45 g
- Agua templada 170 ml
- Azúcar 120 g
- Harina bizcochona con levadura 200 g
- Huevo 2
- Sal 2 g
Cómo hacer cake o bizcocho de dátiles y nueces
- Tiempo total 1 h 20 m
- Elaboración 30 m
- Cocción 50 m
Precalentar el horno con turbo a 160ºC o con calor arriba y abajo a 170ºC. Engrasar un molde alargado de unos 24 cm. Poner en remojo los dátiles picados menudos con el brandy o el licor elegido durante diez minutos. Picar en trozos pequeños las nueces dentro de una bolsa de plástico con un rodillo de cocina. Derretir la mantequilla.
En un bol mezclar con una espátula de goma las nueces, los dátiles con el licor, la mantequilla derretida y el agua templada y combinar bien. Después seguir echando el azúcar y los huevos batidos. Seguir removiendo hasta que se forme una masa homogénea. Echar la harina con el bicarbonato y la sal en dos tiempos y remover con la espátula hasta que no queden grumos.
Verter en el molde y hornear durante 50 minutos o hasta que al pincharlo salga limpio el palillo. Cuando pase el tiempo desmoldar y dejar enfriar encima de una rejilla.
Con qué acompañar el cake de dátiles
El cake de dátiles y nueces es delicioso para tomarlo cortado en rebanadas con el café, pero también se le puede untar un poco de mantequilla y mermelada pues su textura estaría entre un bizcocho o un pan de molde, y al llevar en su composición poca mantequilla le queda muy bien si lo empleamos como una tostada enriquecida. Eso sí, solo para ocasiones muy contadas y si vamos a necesitas energía extra esa jornada.
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