Las fiestas de carnaval inundan muchos rincones del planeta con un festival de color, música y, claro está, la gastronomía carnavalesca. Son varias las recetas de Asturias que se preparan en estas fechas: como los frixuelos y la receta que hoy nos ocupa: las casadiellas o casadielles, que no faltan en muchos hogares ni, por supuesto, en sus pastelerías. Un dulce con mucha personalidad.
Las casadiellas o les casadielles son una especie de empanadilla dulce rellena de nuez, azúcar y anís muy típicas de carnaval, aunque hay zonas en las que se toman en Navidad.
Hablamos de un bocado delicioso, pero contundente, muy energético. Nuestro consejo es que las hagáis lo más pequeñas posible porque llenan mucho. Aunque siempre se pueden cortar por la mitad y compartir.
Aromatizamos el aceite con el que freiremos las casadiellas una vez montadas. Ponemos a calentar abundante aceite en una sartén con la piel del limón y una estrella de anís (también podemos añadir una rama de canela). Lo dejamos 10 minutos a fuego medio y reservamos.
Comenzamos con el relleno, para que pueda reposar y tome cuerpo. Trituramos la nuez en un mortero o con un robot de cocina, cuidando de no pasarnos para que no suelte su aceite. Añadimos el azúcar, el anís y el agua. Esto último lo hacemos poco a poco, por si acaso quedara demasiado líquido. De ser así añadimos más nuez triturada.
Para la masa, en un recipiente hondo mezclamos el aceite, el vino y la sal. Batimos con unas varillas para emulsionar ligeramente. Añadimos la levadura química, la yema de huevo, la mantequilla derretida y la manteca a temperatura ambiente. Batimos de nuevo. Incorporamos la harina, poco a poco, y removemos hasta obtener una masa blanda que no se pegue a las manos. Quizás no haga falta usar toda la harina.
Con ayuda de un rodillo extendemos la masa en forma de cuadrado de 1 cm de grosor. Doblamos la masa a la mitad y volvemos a doblar a la mitad de nuevo de forma que nos quede un cuadrado. Estiramos la masa y repetimos la operación tres veces más. Por último doblamos la masa, cubrimos con un paño húmedo y dejamos reposar en la nevera durante dos horas.
Extendemos de nuevo y hacemos 12 cuadrados de medio centímetro de grosor. Colocamos una tira del relleno en el centro de cada uno, sin llegar a los bordes. Humedecemos los extremos y los doblamos sobre el relleno. Presionamos los lados estrechos con un tenedor para que no se salga la masa haciendo el característico dibujo de las casadiellas.
Retiramos la estrella de anís y la cáscara de limón del aceite y lo calentamos de nuevo. Freímos las casadiellas a fuego medio, con la unión hacia abajo inicialmente para que se sellen. Una vez doradas, las colocamos sobre papel absorbente para que escurran el exceso de grasa. Después las rebozamos en azúcar y listas para servir.
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Con qué acompañar las casadiellas asturianas
Las casadiellas o les casadielles son un dulce contundente por lo que sus mejores compañeras son las infusiones y la hora de la merienda. Están mucho más ricas reposadas, de un día para otro, cuando los sabores se han asentado y, sobre todo, la fuerza del anís se ha suavizado. Aguantan en buenas condiciones varios días, guardadas en un táper a temperatura ambiente.
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