La pasta frola es un dulce argentino, primo hermano de la crostata italiana y la tarta linzer suiza, que es una verdadera delicia. Es una tartaleta de masa quebrada rellena de dulce de membrillo, en su versión más tradicional. Aunque el dulce de batata y el dulce de leche son también rellenos muy populares.
Hemos visto muchas recetas de pasta frola en las que la masa arranca cremando la mantequilla con el azúcar y añadiendo el resto de ingredientes a la pasta resultante. Nosotros le hemos dado la vuelta al proceso y añadido la mantequilla bien fría al resto de ingredientes justo al final. Así obtenemos una masa que se deshace en la boca.
En un recipiente amplio y hondo mezclamos la harina con el azúcar. Añadimos una yema de huevo, la esencia de vainilla y la ralladura de medio limón y removemos bien. Cortamos la mantequilla cortada en dados y la incorporamos al resto de ingredientes a base de pellizcos, para que no se caliente en exceso.
Obtendremos una mezcla parecida a migas que terminamos de trabajar amasando ligeramente para homogeneizar. La idea es que la masa no coja calor, así que en cuanto la mezcla esté lista la envolvemos en papel film y la guardamos en la nevera un mínimo de una hora, mejor si la dejáis más tiempo.
Para preparar el relleno solo hay que trocear el dulce de membrillo y calentarlo junto con el agua en un cacito o en el microondas hasta obtener una especie de mermelada. Puede ser necesario añadir un poco más de agua. Dejamos enfriar completamente antes de usar.
Cuando la masa esté bien fría la dividimos en dos. Sobre una encimera espolvoreada con harina estiramos una de las mitades con ayuda de un rodillo y cubrimos con ella la base y laterales de un molde de 26 cm (de base desmoldable). Extendemos el relleno por toda la superficie.
Repetimos la operación con la otra mitad de la masa y la cortamos en tiras de 1,5 cm. Colocamos sobre el relleno formando un enrejado. Pincelamos estas tiras de masa con yema de huevo y cocemos la pasta frola en el horno, precalentado a 180 ºC con calor arriba y abajo, durante 30-35 minutos o hasta que esté dorada.
Con qué acompañar la pasta frola
La sobremesa, con su café o infusión, es un buen momento para servir un trozo de pasta frola. Aunque cualquier momento del día es bueno para darse un capricho, la verdad sea dicha. Es un gran postre y, seguro que los aficionados al dulce, seríais capaces de desayunarlo felizmente. Podéis usar la masa para rellenarla con dulces y mermeladas caseras, por ejemplo con dulce de membrillo, queda deliciosa.
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