No soy nada de beber alcohol parece que a mi cuerpo no le sienta nada bien, excluyendo una o dos bebidas. El caso es que tomándolo dentro de otras preparaciones lo tolero muy bien y es más, me encanta. Todavía tengo en mi memoria la receta de gelatina de cava que vi en Invitado de Invierno hace tiempo y justo fue volver a verla en el libro Delia's Happy Christmas del cual os hablé hace nada y no perder más tiempo en prepararla.
La receta que os propongo está basada en la del libro aunque en éste la presentaban con uvas, opción que también me parece perfecta, pero el contraste de color y sabor ácido que dan las frambuesas es magnífico, así que me decidí por ellas para adornar las copas.
Hidratamos las hojas de gelatina en agua durante cinco minutos. En un cazo calentamos el zumo de limón con el azúcar y un poco de cava, lo mínimo para poder disolver el azúcar, el resto lo añadiremos más tarde para que no pierda fuerza.
Cuando la mezcla empiece a hervir agregamos la gelatina escurrida y removemos hasta que se disuelva totalmente. Echamos el resto de cava despacio, mezclamos y pasamos a las copas de presentación. Colocamos dos o tres frambuesas en cada copa y refrigeramos durante al menos dos horas.
Presentamos en la mesa colocando en cada copa algunas frambuesas extra y unas hojitas de menta o hierbabuena. Si queremos que el cava pierda fuerza lo echaremos todo en el cazo para que hierva con el azúcar.
Con qué acompañar la gelatina de cava
Esta **gelatina de cava* se puede servir como postre tal como os la presento con frambuesas y hierbabuena o bien sirve para utilizar en otras recetas saladas, para acompañar un patê, por ejemplo, o una carne de caza.