El verano es para disfrutar y una de las formas en las que lo hago es comiendo un rico helado de vez en cuando. Os hablé en otras ocasiones que desde hace tiempo los hago en casa, y no hay color en cuanto a calidad y variedad. Puedes hacer los helados caseros del sabor que te apetezca, como este helado de triple chocolate con cookies que hice para satisfacer a los chocolateros de casa.
Por supuesto en vez de cookies de este tipo, podéis agregar a este helado de chocolate lo que más os guste. Otro tipo de galletas, alguna golosina de chocolate, chocolate troceado, una salsa, fruta... Y si no, tranquilamente sin ponerle nada, es una auténtica delicia tal cual.
En un cazo amplio calentamos la leche y la crème fraîche o nata, hasta que comience casi a hervir. Agregamos el cacao en polvo y los chocolates troceados, bajamos el fuego y removemos hasta que se disuelvan completamente. Echamos la pizca de sal, la esencia de vainilla y el licor y mezclamos.
En un cuenco aparte unimos las yemas con el azúcar. Cuando la mezcla del cazo casi vuelva a hervir, lo apartamos un momento del fuego, echamos las yemas con el azúcar con cuidado y lo mezclamos suavemente. Llevamos de nuevo al fuego removiendo continuamente hasta que casi hierva y haya espesado ligeramente.
Tenemos que tener cuidado de que no llegue a hervir nunca en este punto la crema para que no se corte. Colamos la crema a una jarra y dejamos enfriar durante unas horas. Si tenemos heladora seguiremos las instrucciones, y si hacemos el helado a mano debemos batirlo cada poco tiempo, sobretodo las primeras horas, para que no se creen cristales de hielo.
Con qué acompañar el helado de triple chocolate con cookie
Este helado de triple chocolate con cookies no necesita nada más en sí para que disfrutéis plenamente de él. Como mucho, podéis combinarlo si os apetece con otro helado más suave, por ejemplo de vainilla o fresa, para contrastar sabores. Si os apetece integrar las cookies dentro del helado, sólo tenéis que añadirlas una vez esté mantecado justo antes de meterlo en el congelador, o bien si lo hacéis a mano, cuando empiece a congelarse. Si no encontráis crème fraîche, podéis sustituirla por nata para montar. El licor, por supuesto es opcional, pero le da una gracia al helado muy buena.
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