Consideradas un tesoro culinario, las jericallas son un postre tradicional de la región mexicana de Jalisco, más concretamente de la ciudad de Guadalajara. Son una mezcla entre flan, natillas y crème brùlée, un dulce super delicioso que resulta ideal para poner el broche de oro a cualquier ocasión especial (o no).
Lo más común es que las jericallas se cocinen en pequeños recipientes de aluminio individuales o pequeñas cazuelas de barro. Sin embargo, a falta de uno u otro, se pueden preparar en cualquier tipo de recipiente individual que resista la cocción en el horno. Pequeños refractarios de cristal, cerámica o incluso de silicona apta para altas temperaturas.
Están deliciosas a cualquier temperatura, ya sea templadas tras su paso por el horno, a temperatura ambiente o fresquitas y recién sacadas de la nevera. La textura es suave y cremosa, pero hay que tener en cuenta que según pase el tiempo se volverán más densas. Consúmelas cuando te apetezca y según el punto de cremosidad que prefieras.
Ingredientes
- Leche 480 ml
- Canela en rama 1
- Esencia de vainilla 10 ml
- Yema de huevo 4
- Azúcar 100 g
- Almidón de maíz 30 g
Cómo hacer jericallas
- Tiempo total 40 m
- Elaboración 10 m
- Cocción 30 m
Hervimos la leche con la rama de canela (podemos agregar un trozo de piel de limón y/o naranja para aportar un punto extra de sabor), la retiramos del fuego y agregamos la esencia de vainilla. Dejamos enfriar antes de continuar.
Mientras tanto mezclamos las yemas de huevo con el azúcar y el almidón de maíz, procurando no incorporar demasiado aire en la mezcla. Agregamos la leche atemperada y removemos para incorporar. Pasamos por un colador.
Repartimos la mezcla en moldes individuales aptos para el horno, sin llegar al borde, y los introducimos en una fuente de horno. Llenamos la fuente con un dedo de agua hirviendo y la llevamos al horno, precalentado a 180ºC con calor arriba y abajo.
Cocemos las jericallas al baño María durante 30 minutos o hasta que estén cuajadas, pero jugosas, en su interior. Para dorar la superficie, encendemos el gratinador, subimos las jericallas a la parte superior del horno y les damos un golpe fuerte de calor. Servimos calientes o frías, al gusto.
Con qué acompañar las jericallas
Las jericallas son una deliciosa opción para aquellos que desean probar un postre tradicional mexicano, para cualquier reunión familiar o fiesta. Además, se pueden personalizar fácilmente agregando diferentes sabores y adornos, como frutas frescas, crema chantilly o incluso un toque de tequila.
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