La lista de frutas o postres de sartén de la repostería española es extensa: torrijas tradicionales, buñuelos de Cuaresma, las ricas flores, churros, pestiños andaluces, casadielles asturianas, huesillos extremeños, entre otros. Hoy sumamos una más con esta receta de panecillos de Ávila, en versión de Karlos Arguiñano, que son un bocado perfecto con que acompañar la sobremesa.
Estos dulces, típicos de Semana Santa, están listos en menos de una hora (30 minutos de los cuales son de reposo de la masa). Son muy fáciles de preparar. Solo hay que hacer una masa mezclando todos los ingredientes, dividirla en porciones y freír a fuego suave.
Esto último es importante para asegurar que el interior de los panecillos está bien cocido sin que el exterior se arrebate. La temperatura adecuada del aceite oscila alrededor de los 140ºC. Si contáis con un termómetro de cocina será sencillo controlarla. Si no es el caso, poned la sartén en el 3-4 de vuestra placa de inducción.
Ingredientes
- Huevo 1
- Licor de anís 60 ml
- Azúcar 30 g
- Aceite de oliva virgen extra 60 ml
- Harina de trigo 200 g
- Levadura química 10 g
- Azúcar glasé para espolvorear
- Aceite de oliva suave para freír
Cómo hacer panecillos de Ávila
- Tiempo total 30 m
- Elaboración 20 m
- Cocción 10 m
- Reposo 30 m
Mezclamos el huevo con el licor de anís, el azúcar y el aceite en un recipiente hondo. En otro recipiente más amplio mezclamos la harina con la levadura química. Agregamos la primera mezcla (la de los líquidos) sobre la segunda, poco a poco, al tiempo que removemos para integrar.
Cuando obtengamos una masa compacta la cubrimos con un paño de cocina y la dejamos reposar 30 minutos. Dividimos la masa en 10 porciones de igual peso y, con las manos, les damos forma de panecillos alargados.
Calentamos abundante aceite en una sartén y freímos los panecillos a fuego medio bajo (140ºC) , dejando que se hagan por dentro sin que se arrebaten por fuera. Escurrimos y retiramos de la sartén. Espolvoreamos con azúcar glasé y listos para consumir.
Con qué acompañar los panecillos de Ávila
Este delicioso dulce tradicional es perfecto para servir después de comer, como postre o para acompañar el momento de la sobremesa. El punto de dulzor de los panecillos de Ávila es bajo, así que espolvorear con azúcar glasé es un acierto. Son un vicio absoluto. No podrás comer solo uno.
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