Este pastel crujiente de manzana y queso nació de la necesidad de dar salida a unas cuantas manzanas comenzaban a adquirir un aspecto bastante triste. Antes de que terminaran en el cubo de la basura, eché un vistazo al congelador para comprobar de qué masas disponía y encontré un paquete de masa filo. Unos pocos ingredientes más, aprovechando sobras de acá y de allá, esto es lo que salió del horno.
La dificultad que conlleva preparar este tipo de pasteles crujientes con masa filo es prácticamente nula. Por ello os animo a que, si os gustan los dulces en los que la fruta es protagonista, le deis una oportunidad a este. Si no os gusta la manzana o no la tenéis a mano, podéis cambiarla por cualquier otra. Es muy versátil.
Ingredientes
- Manzana 2
- Uvas pasas sultanas 25 g
- Azúcar moreno 15 g
- Canela en rama 1
- Mantequilla 40 g
- Zumo de limón 0.5
- Queso crema 50 g
- Masa filo láminas 6
Cómo hacer pastel crujiente de manzana y queso
- Tiempo total 1 h
- Elaboración 15 m
- Cocción 45 m
Comenzamos preparando el relleno y, para ello, pelamos y descorazonamos las manzanas. Las cortamos en trozos regulares y las colocamos en una sartén junto con las uvas pasas, 20 gramos de mantequilla, el azúcar moreno, la rama de canela y el zumo de limón. Pochamos, a fuego muy lento, durante unos 30 minutos o el tiempo suficiente para que la manzana quede tierna.
Cuando la manzana esté tierna, retiramos la sartén de la fuente de calor y dejamos que se atempere. Necesitaremos que pierda calor antes de rellenar con ella la masa filo. Mientras tanto, fundimos los 20 gramos de mantequilla restantes, poniéndola en un cuenco y calentándola en el microondas a potencia baja durante 1 minuto, para evitar que salpique.
Pincelamos un molde de 18 centímetros con la mantequilla derretida, ayudándonos de una brocha. Cubrimos las base y los laterales con dos láminas de masa filo dobladas por la mitad, dejando que el sobrante cuelgue por los lados. Pincelamos las láminas de masa filo con mantequilla derretida. Repetimos la operación dos veces más, con las otras cuatro láminas de masa filo restantes.
Repartimos el queso crema por toda la base y, sobre este, extendemos el relleno de manzana que, para entonces, ya se habrá atemperado. Doblamos el sobrante de las láminas de masa filo sobre el relleno, de manera que lo cubra. Hay que procurar que la masa quede suelta y arrugada, para que adquiera un aspecto rústico.
Pincelamos la superficie con la mantequilla derretida restante y horneamos el pastel a 180 ºC durante 15 minutos, con calor arriba y abajo. Si la superficie se dorara en exceso, cubrimos el pastel con una lámina de papel de aluminio y apagamos el calor de la parte superior del horno, dejando que sólo funcione el suelo. Dejamos reposar 30 minutos antes de consumir.
Con qué acompañar el pastel crujiente de manzana y queso
Este pastel crujiente de manzana y queso está delicioso en templado, acompañado de una bola de helado de vainilla. Aunque, el relleno es tan jugoso que, la verdad, se disfruta igualmente por sí solo. Es un dulce fácil de elaborar, con una presentación divertida por la forma de la masa filo de la superficie. Podemos variar el relleno y usar las frutas que más nos gusten.
Ver todos los comentarios en https://www.directoalpaladar.com
VER Comentarios