Pastel de plátano Kéik me Banána. Receta de postre

El plátano es una de las frutas que más me gusta y mejor tolero. No es un secreto que es un buen reconstituyente por su alto aporte de potasio, y como más los disfruto es sin ninguna transformación, recién pelados y a poder ser, cuando tengo mucha hambre. Pero de vez en cuando los invito a una fiesta en la que son los protagonistas, vestidos de harinas y mantequillas, moldeados al horno, en pudings, macedonias, con yogur… ellos se hacen a todo y nos regalan, agradecidos, su inconfundible aroma.

Hoy algunos de los plátanos que dormían en mi frutero han querido rendir un homenaje a Grecia sumergiéndose en una de sus recetas típicas, el pastel de plátano Kéik me Banána, delicioso, dulce y esponjoso.

Ingredientes para seis personas

Dos plátanos grandes, un vaso de coñac o ron, un vaso de agua (un vaso= 100 ml.), 125 gr. de harina, una cucharadita de levadura química, 180 gr. de mantequilla a temperatura ambiente, 250 gr. de azúcar, una cucharada de azucar con aroma de vainilla, 4 huevos.

Elaboración del pastel de plátano Kéik me Banána

Precalentamos el horno a 180º. En una cazuela ponemos los plátanos pelados y troceados, el agua y el licor, y calentamos unos minutos hasta que el platano esté blando. Retiramos del fuego y con la ayuda de un tenedor machacamos y mezclamos hasta obtener una pasta. Reservamos.

Batimos los huevos con el azúcar y la mantequilla reblandecida y cuando esté bien mezclado añadimos la pasta de plátano, removiendo hasta obtener una pasta homogénea . En un bol ponemos la harina, la levadura y el azúcar vainillado, añadimos la mezcla anterior y mezclamos bien.

Tomamos un molde rectangular, lo untamos con mantequilla y espolvoreamos con harina, eliminando el sobrante que no quede adherido a las paredes. Repartimos la masa y horneamos entre 45 y 60 minutos. El pastel estará hecho cuando al traspasar con una brocheta esta salga limpia sin restos de masa.

Tiempo de elaboración | 90 minutos
Dificultad | media

Degustación

Esta receta de pastel de plátano Kéik me Banána es una buena referencia para aprovechar los plátanos que hayan quedado en el frutero un poco olvidados y que hayan perdido su irresistible atractivo natural. Se puede tomar como desayuno, postre o merienda, acompañado de un buen café o té.

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