Cuando empieza a apretar el calor o nos encontramos en una cocina que no dispone de horno, pero tenemos ganas de darnos un capricho dulce, la solución esta en usar una cacerola con tapa. Necesitamos también un recipiente que aguante el calor, papel de horno y de aluminio e hilo de bramante.
Este tipo de pasteles son muy comunes en el Reino Unido, donde reciben el nombre de "steamed puddings". No hay recetario tradicional que se precie que no contenga alguno de ellos, pues se pueden hacer de muchos sabores distintos. Yo me he decantado por combinar chocolate y naranja y el resultado es espectacular. A la vista está.
Acompaño el pastel de una salsa de chocolate riquísima, que se puede usar para dar alegría a muchos otros dulces. Úsala con helados, bizcochos, etc. Aguanta en buen estado en la nevera durante varios días, aunque es posible que no llegues a tardar tanto en darle salida.
Para la salsa, tamizamos el cacao y lo introducimos en un cacito junto con el resto de ingredientes. Lo llevamos a ebullición, a fuego medio, removiendo para evitar que se formen grumos o la mezcla se agarre a la base. Cuando alcance el hervor contamos un minuto y apagamos el fuego. Reservamos.
Para el pastel, tamizamos la harina, el Baking Powder Royal y el cacao en un recipiente amplio. Agregamos el azúcar y removemos. Rallamos la naranja y la exprimimos, añadiendo ralladura y zumo al bol. Añadimos también los huevos y la leche. Removemos con unas varillas hasta obtener una masa homogénea.
Engrasamos, con un poco de mantequilla, el interior de un molde de 1,2 litros de capacidad. Tiene que caber en la cacerola en la que vamos a cocer el pastel, así que esto es importante tenerlo listo antes de arrancar con la receta. Cubrimos la base con cuatro cucharadas de salsa.
Colocamos un trébede en el interior de la cacerola y la llenamos de agua hasta 1/3 de su capacidad. La colocamos al fuego y la llevamos a ebullición. Mientras esto ocurre, forramos el molde con una doble capa de papel vegetal y papel de aluminio. El cierre tiene que quedar en la parte superior, para que no le entre agua.
Introducimos el molde forrado y bajamos el fuego, manteniendo un hervor suave. Tapamos la cacerola y cocemos el pastel al vapor durante unos 80-90 minutos. Cuando esté listo lo retiramos de la cacerola, con cuidado de no quemarnos, y esperamos unos minutos antes de desmoldar.
Habrá crecido bastante y es probable que tenga una buena "joroba". Yo se la he quitado para asentarlo bien en el plato de presentación, pero no es necesario. Lo cubrimos con salsa de chocolate y lo servimos inmediatamente. También podemos esperar a que se enfríe para hacer los honores. Al gusto.
Con qué acompañar el pastel sin horno de chocolate y naranja
Este es un pastel denso, de miga prieta y muy sabroso, al que le viene muy bien un café con leche a su vera o alguna otra bebida caliente. Se puede servir como postre o a media tarde, para merendar. Admite congelación, por si no cae de una sentada. Aunque es algo bastante improbable pues está brutal.
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