De recetas japonesas y cocina japonesa la verdad es que ya estamos bastante familiarizados en DAP, pasando por el sushi, el ramen, el katsu sando, los nigiri, el sashimi, el usuzukuri, la sopa de miso o salsas como la soja o el teriyaki, pero el mundo dulce aún nos sorprende y nos demuestra que hay vida más allá de los mochis.
Es el caso del dango, un dumpling tradicional que se preparar también con arroz glutinoso, agua y azúcar —muy parecido al mochi, pero sin relleno— y cuya gracia principal, además de haberse popularizado por la serie de anime y manga Naruto son sus vistosos colores.
En esencia no dejan de ser pequeñas bolitas de arroz cocido, aunque el más icónico es lo que se llama Hanami Dango, que es una brocheta de dango en distintos colores, generalmente en tonos pastel, que es lo que hoy os traemos.
No es una receta compleja y es más sencilla de hacer que la de los mochis y la única precaución que debemos tener es la de enfriar en agua con hielo el dango una vez que lo hayamos sacado de la cazuela para que se queden tersos y brillantes.
Hacemos cada masa por separado y después de las reposamos diez minutos, se hacen bolas con las manos y se echan sobre agua hirviendo para cocer, cada color por separado.
Cuando las bolas estén flotando, estarán cocidas, así que las sacamos, escurrimos, metemos en agua fría para que queden tersas y luego las ensartamos, de nuevo escurridas, en las brochetas, mezclando los colores.
Harina de arroz glutinoso 2 x 400g (total 800gr)
Con qué acompañar el dango japonés
Esta receta de postre fácil y rápido se suele tomar sola o con alguna salsa dulce, que podéis encontrar bastante a menudo en tiendas de alimentación oriental, pero también podéis recurrir a otros siropes, melazas o mermeladas, al gusto.
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