Si hay algo que me vuelve loca es desayunar con unos buenos sobaos pasiegos. Ese sabor a pura mantequilla y con esa textura esponjosa, hace que cuando consigo tener en casa esta delicatesen no los cambie ni por el mejor desayuno de un hotel de cinco estrellas.
Pero desgraciadamente no siempre se puede acceder a unos sobaos artesanos traídos directamente de los valles pasiegos de Cantabria, así que nada mejor que si queréis disfrutar de ellos, poneros manos a la obra en vuestra cocina para elaborar unos deliciosos sobaos pasiegos como los que os traigo hoy.
Comenzaremos precalentando el horno a 180ºC con calor arriba y abajo y colocando las cápsulas para los sobaos en una bandeja para horno en la que queden unas junto a otras bien pegadas.
Colocamos en el vaso de la batidora con el accesorio pala o bien en un bol, la mantequilla a reblandecida junto con el azúcar y el azúcar invertido o la miel, batimos hasta que esté blanquecina y le añadimos los huevos de uno en uno, mezclando bien hasta formar una masa uniforme.
Añadimos la harina tamizada mezclada con la levadura y la incorporamos con cuidado hasta que se integre en su totalidad. Vertemos la masa en una manga pastelera desechable y le cortamos un agujero con las tijeras como de un centímetro aproximadamente.
Rellenamos cubriendo bien la base de las cápsulas hasta 3/4 de su capacidad y horneamos durante veinte minutos o hasta que veamos la superficie del sobao dorada.
Con qué acompañar los sobados pasiegos
Nada necesitaríais para disfrutar comiendo un sobao pasiego preparado por vosotros, pero simplemente acompañado de un buen vaso de leche, puedo aseguraos que volveréis a recordar los sabores tradicionales de la repostería artesana.