Pocos postres italianos hay tan internacionales y populares como el tiramisú y no es de extrañas pues es un dulce fácil, sencillo y tremendamente delicioso. Se puede tunear de muchas maneras y adaptarla a los gustos o necesidades de los comensales. De ahí viene nuestra receta de tiramisú sin huevo, dedicado a los alérgicos e intolerantes al mismo.
En esta elaboración ha sido fácil retirar el huevo de los ingredientes. Nos ha bastado con encontrar unos bizcochos que no lo llevaran entre sus ingredientes y no usar yemas a la hora de preparar la crema. El punto de sabor es ligeramente distinto, pero muy rico pues se ve compensado por la esencia de vainilla. Seas o no alérgico al huevo, esta receta de tiramisú sin huevo te va a encantar.
Ingredientes
- Nata líquida para montar mínimo 35% M.G. 200 ml
- Queso mascarpone 250 g
- Azúcar glasé 60 g
- Esencia de vainilla 5 g
- Café 100 ml
- Licor de café (coñac, amaretto o similar) 15 ml
- Cacao en polvo para espolvorear
- Bizcochos de soletilla sin huevo 12
Cómo hacer tiramisú sin huevo
- Tiempo total 20 m
- Elaboración 20 m
- Reposo 1 h
Vertemos la nata líquida, que habrá de estar bien fría, en un recipiente hondo y bien limpio de grasa, humedad, etc. Con ayuda de unas varillas eléctricas la batimos hasta montar, con cuidado de no pasarnos para que no se nos corte. Si no tenemos varillas eléctricas lo hacemos con unas manuales, la nata monta rápido si está bien fría.
En otro recipiente hondo mezclamos el queso mascarpone con el azúcar glas y una cucharadita de esencia de vainilla. Removemos bien para que se mezclen todos los ingredientes de forma homogénea y no queden grumos de azúcar. Incorporamos esta mezcla a la nata montada y removemos con suavidad para que no se nos baje. La pasamos a una manga pastelera y reservamos en la nevera.
Mezclamos el expreso con el licor de café o el licor que hayamos elegido utilizar. Bañamos los bizcochos en la mezcla y los colocamos en la base de nuestro molde. Extendemos una capa de crema de queso y, sobre esta, colocamos otra capa de bizcochos humedecidos en café. Terminamos con una segunda capa de crema de queso.
Guardamos el tiramisú en la nevera hasta el momento de servir, cuando lo espolvoreamos con cacao en polvo y a la mesa. No hay un tiempo mínimo de reposo, pero cuantas más horas mejor queda pues la crema adquiere consistencia y los bizcochos toman cuerpo a pesar de mantenerse jugosos.
Degustación
A pesar del aspecto tan inocente que tiene este tiramisú sin huevo, es un postre que llena bastante debido a la carga de nata y queso que lleva. Por ello es conveniente ser comedido con la cantidad, sobre todo si se come después de una comida generosa. Es suave de textura y sabor, lo que lo convierte en pura lujuria.
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