Siempre he tenido helados favoritos que repito una y otra vez cuando me doy un capricho. Pierdo lo papeles por el helado de dulce de leche y me vuelve loca el yogur helado. Hoy se me han roto los esquemas con el helado de menta, que nunca me llamó especialmente la atención y no esperaba que me fuera a enganchar tanto.
Uso mucha menta en mis recetas, tanto saladas como dulces, pero no ha sido hasta ahora que me he animado a preparar helado de este sabor y me alegro infinivo. Ya os adelanto que no va a ser la última. Es una elaboración muy sencilla, que no requiere de heladera, y cuyo resultado es la mar de refrescante.
Es muy común añadir chips de chocolate al helado de menta, la combinación es excelente. Yo no lo he hecho porque quería saborearlo tal cual. Las virutas que veis en la foto son meramente decorativas. No obstante, si os apetece, siempre las podéis añadir a la mezcla, remover y después congelar. Así quedarán integradas en el helado y os las iréis encontrando a cada bocado.
Lavamos bien la menta, la secamos, retiramos las hojas y desechamos los tallos. Las introducimos en una taza y le agregamos la leche. Calentamos en el microondas a máxima potencia (mi micro es de 750W) durante un minutos. Trutiramos con una batidora hasta que no queden restos de hojas de menta visibles. Dejamos atemperar.
Mientras tanto agregamos una pequeña cantidad de colorante alimentario verde a la leche condensada y removemos. Es mejor quedarse cortos y añadir más colorante si lo consideramos necesario. En cualquier caso esto es completamente opcional, el color no va a afectar al sabor en absoluto.
Batimos la nata en un recipiente amplio con unas varillas eléctricas. Cuando empiece a hacer ondas y esté semi montada agregamos la leche condensada y la leche de menta atemperada. Removemos suavemente para no perder la consistencia de la nata. Cuando tengamos una mezcla homogénea la vertemos en un molde amplio y congelamos un mínimo de ocho horas antes de consumir.
Con qué acompañar el helado de menta
Si eres fan de comer el helado a lametazos, entonces lo mejor es que te hagas con unos cucuruchos sirvas este helado de menta en formato bola. No obstante se puede servir directamente en cuencos y comer con cuchara. Es tan refrescante que no necesitarás ni un vaso de agua para acompañarlo.
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