Con chocolate, galletas, almendras, mantequilla y azúcar podemos preparar uno de los postres sin hornear más queridos en Italia: salami de chocolate. También se conoce por salami turco o salami vikingo, según la región. El parecido con un salami real es tal (tanto por la forma como por el acabado con azúcar glasé) que de ahí le viene el nombre.
Existen muchas maneras de preparar este trampantojo, pero nosotros hemos optado por la fórmula más básica, sin huevo ni licor. Con ello nos aseguramos que un espectro más amplio de seguidores lo puede disfrutar. Si sois intolerantes a la lactosa, basta con usar chocolate sin leche y sustituir la nata líquida por vuestra alternativa de cabecera.
Con este dulce podemos poner el broche de oro a una comida o cena de celebración sin despeinarnos. Es una receta facilísima, se prepara en 15 minutos y se hace con antelación, lo que lo hace perfecto para la fiestas navideñas que están a la vuelta de la esquina.
Ingredientes
- Chocolate negro 125 g
- Chocolate con leche 50 g
- Nata líquida para montar 60 ml
- Mantequilla a temperatura ambiente 35 g
- Almendra granillo 50 g
- Galletas tipo María 5
- Azúcar glasé
Cómo hacer salami de chocolate
- Tiempo total 15 m
- Elaboración 14 m
- Cocción 1 m
Troceamos los dos chocolates (podemos usar solo de uno) y los colocamos en un recipiente hondo y amplio. Calentamos la nata líquida, ya sea en un cacito al fuego o en el microondas. En el momento en que arranque a hervir la vertemos sobre el chocolate troceado y dejamos que el calor lo funda. Tardará unos cinco minutos.
Transcurrido este tiempo ya podemos remover el chocolate y la nata hasta integrar ambos ingredientes. A continuación añadimos la mantequilla a temperatura ambiente, mejor si está troceada, y removemos de nuevo para integrar.
Picamos las galletas a cuchillo y las añadimos a la mezcla anterior junto con la almendra granillo. Removemos con suavidad para integrar todos los ingredientes. Cubrimos el recipiente con papel film y lo introducimos en la nevera. Dejamos enfriar durante una hora.
Transcurrido este tiempo la mezcla habrá adquirido cierta consistencia y se habrá vuelto manejable. Extendemos una lámina de papel film sobre la mesa y volcamos sobre ella la mezcla, dándole forma alargada.
Enrollamos formando un cilindro, haciéndolo girar sobre sí mismo y anudando los extremos para asegurar que queda compacto. Para que quede más cilíndrico lo envolvemos de nuevo en otra lámina de papel film. Lo guardamos en la nevera durante un mínimo de seis horas o, incluso mejor, toda la noche.
Ahora solo queda retirar el papel film y pasar el cilindro de chocolate por azúcar glasé, asegurando que cubrimos toda la superficie. A la hora de servir es importante que el salami esté a temperatura ambiente para que se pueda cortar bien (usando un cuchillo de filo liso humedecido en agua caliente).
Con qué acompañar el salami de chocolate
Seguro que hay quien sería feliz comiendo este salami de chocolate tal cual, de una sentada, enterito y a bocados, pero lo ideal es laminarlo y servirlo en la sobremesa. Es bastante saciante, así que uno o dos trocitos son suficientes para contentar el estómago (y el paladar).
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