Tarta capuchina, la más dulce y espectacular receta de las monjas clarisas

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Hacía tiempo que teníamos ganas de probar esta receta de tarta capuchina, pero nos frenaba la gran cantidad de yemas que lleva. Afortunadamente, el deseo de prepararla ha sido más fuerte, porque el resultado nos ha entusiasmado. Las claras de huevo que no se usan en la receta se pueden congelar para otra preparación. Es muy práctico usar una cubitera para hacerlo, una clara en cada cavidad, así es fácil saber cuántas claras hay y será más rápido descongelarlas.

El origen de esta tarta se encuentra en los conventos de clausura de las monjas capuchinas (de ahí su nombre), perteneciente a la Orden de las Clarisas por ser su fundadora santa Clara. El ingrediente básico de los dulces de las Clarisas (tocinos de cielo, yemas, capuchinas, etc.) es la yema de huevo, pues existía la tradición de donar una docena de huevos a la Orden para asegurar el buen tiempo en las bodas, evitando así la desgracia de un día lluvioso que además de deslucir el acto traería mala suerte a los novios.

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Ingredientes

Para 8 personas
  • Huevo 1
  • Yemas de huevo 14
  • Harina 40 g
  • Azúcar 300 g
  • Agua
  • Piel de limón 1
  • Mantequilla
  • Azúcar molido

Cómo hacer tarta capuchina

Dificultad: Media
  • Tiempo total 1 h
  • Elaboración 1 h
  • Reposo 12 h

Empezamos batiendo en un cuenco, con las varillas eléctricas, el huevo con ocho yemas unos 15 minutos, deben triplicar su volumen y quedar bastante firmes. Añadir la harina tamizada, poco a poco, y mezclar con cuidado hasta que esté todo integrado.

Vertemos la masa en un molde de tarta engrasado con un poco de mantequilla y la cocemos al baño María, en el horno precalentado a 150ºC, durante 20 o 25 minutos. Retiramos el molde del horno y dejamos enfriar el bizcocho completamente.

Mientras, ponemos en un cazo 200 g de azúcar, la piel de limón y los cubrimos lo justo con agua. Mezclamos bien y lo dejamos cocer, a fuego suave, unos diez o quince minutos, hasta obtener un almíbar espeso. Sin desmoldar, pinchamos el bizcocho con un palillo en toda su superficie. Con cuidado, vertemos el almíbar sobre la superficie del bizcocho y lo guardamos en la nevera 12 horas, hasta el día siguiente.

Para hacer la crema, preparamos otro almíbar poniendo 120 g de azúcar en un cazo y añadimos agua, la justa para cubrirlo. Lo ponemos al fuego y lo dejamos cocer 10 minutos. Lo retiramos del fuego y lo dejamos templar.

Batimos las 6 yemas restantes en un cuenco con ayuda de unas varillas eléctricas, unos 10 minutos hasta que estén esponjosas. Añadimos el almíbar en un hilo, sin dejar de batir. Extendemos la crema de yemas sobre el bizcocho y la espolvoreamos con abundante azúcar molido.

Marcamos unos rombos, perfilándolos con cuidado con un cuchillo de hoja larga. Después, con la parte que no corta de la hoja del cuchillo calentada al fuego, quemamos las líneas que forman los rombos. Guardar en la nevera (unas 12 horas) hasta el momento de servir.

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Con qué acompañar la tarta capuchina

Esta receta de tarta capuchina es ideal para servir como postre de una comida festiva, su consistencia es muy esponjosa y su sabor muy suave. Os aconsejo conservarla en la nevera hasta el momento de servirla, fría está deliciosa. Servidla con una copa de cava.

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