Hoy os traigo una tarta sencilla, sin pretensiones, pero que resulta deliciosa a cualquier momento del día, bien sea como postre o merienda. La tarta de crema caramelizada es una versión en pastel de la crème brûlée que se toma en Francia, y tan fácil de hacer como esta.
Para simplificar las cosas podéis recurrir a una base de masa quebrada comprada, y si no seguir alguna de nuestras recetas con masa base para tartas, pues solo implica un poco más de tiempo en la realización de esta suave tarta.
Comenzaremos precalentando el horno a 160 grados con calor arriba y abajo y posición media de la rejilla. Extendemos la masa quebrada en nuestro molde para tartas de 22 centímetros de diámetro, mejor que sea desmontable y lo dejamos refrigerando mientras que hacemos la crema.
Para ello colocamos un cazo al fuego con la nata y la vamos calentando lentamente sin que llegue a hervir. Por otra parte en un bol batimos los huevos, las yemas junto con el azúcar blanquilla y la vainilla.
Vertemos la nata en hilo fino sobre el batido de huevos sin dejar de remover. Echamos la crema sobre la base de masa y horneamos durante 45 minutos. Una vez fuera del horno dejamos enfriar la tarta, añadimos por la superficie el azúcar moreno y caramelizamos con un soplete de cocina o una plancha de quemar crema catalana.
Con qué acompañar la tarta de crema caramelizada
La tarta de crema caramelizada se puede aromatizar además de con vainilla con algún licor de vuestro agrado. Si no tenéis soplete de cocina también podéis caramelizar la superficie de la tarta una vez fría, para ello precalienta el horno a 240 °C antes de servirla, después cubre la tarta con el azúcar de manera uniforme y colócala en el horno de 2 a 3 minutos o hasta que el azúcar se dore y caramelice.