Hoy os traemos una tarta de limón presentada en forma de postre de plato. El término "postre al plato" se refiere a postres que se sirven, valga la redundancia, en un plato y que generalmente consisten en una porción individual de algún dulce, como mousses, flanes, cremas, o cualquier preparación que permita una presentación elegante.
Estos postres a menudo se decoran de manera artística y se sirven individualmente para proporcionar una experiencia visual y gustativa más refinada. El formato de postre al plato es común en restaurantes y eventos donde se busca ofrecer a los comensales una presentación cuidada y una experiencia culinaria más elaborada. En esta ocasión hemos elaborado una tarta de limón o lemon pie perfecta como propuesta de postre para estas fiestas.
El origen de esta tarta se encuentra en la cocina estadounidense, donde las recetas de postres a base de cítricos comenzaron a popularizarse a mediados del siglo XIX. La combinación de una masa quebrada crujiente, un relleno suave y cremoso de limón, y una capa de merengue tostado se convirtió en un clásico de la repostería.
A lo largo de los años, el Lemon Pie ha evolucionado en diversas variaciones, desde versiones clásicas hasta interpretaciones modernas que incorporan ingredientes adicionales o presentaciones creativas, tal y como os lo presentamos hoy.
Ingredientes
- Limón (Para la crema) 2
- Huevo (Para la crema) 2
- Azúcar (Para la crema) 90 g
- Maicena (Para la crema) 15 g
- Mantequilla (Para la crema) 60 g
- Clara de huevo (Para el merengue) 1
- Azúcar (Para el merengue) 100 g
- Agua (Para el merengue) 40 ml
- Harina de trigo (Para el crumble) 80 g
- Mantequilla (Para el crumble) 80 g
- Azúcar moreno (Para el crumble) 80 g
- Azúcar (Para el almíbar) 50 g
- Agua (Para el almíbar) 50 ml
Cómo hacer tarta de limón en postre de plato
- Tiempo total 1 h 55 m
- Elaboración 1 h 30 m
- Cocción 25 m
- Reposo 5 m
En un bol mezclamos todos los ingredientes del crumble. Trabajamos la masa para obtener unas migas que echamos en una bandeja de horno forrada con papel y cocinamos 10 minutos a 180 grados centígrados hasta que el crumble esté dorado. Dejamos enfriar. Una vez frío lo metemos en una bolsa de congelación y lo trituramos groseramente con un rodillo de cocina. Reservamos en un tuper hermético.
Para las cortezas de limón confitadas. Pelamos el limón con un pelador de legumbres para obtener unas láminas finas. Preparamos un almíbar con el agua y el azúcar y cocemos alli las cortezas durante 10 minutos a fuego suave.
Para hacer la crema de limón. Exprimimos limón hasta obtener los 100 mililitros. Batimos el azúcar y los huevos juntos hasta que la mezcla doble de volumen.
Añadimos la maicena y los 100 ml de zumo de limón. Cocemos en un cazo a fuego medio-bajo hasta que espese, y dejamos cinco minutos enfriar antes de añadirle la mantequilla. Pasamos la batidora para que quede lo más fina posible. Metemos cuando enfríe en una manga pastelera con boquilla ancha y redonda.
Para el merengue italiano, montamos ligeramente la clara de huevo. Mientras calentamos el agua y el azúcar a fuego medio fuerte durante cinco minutos, añadimos el almíbar en marcha al merengue y seguimos batiendo durante 10 minutos. Poner en manga pastelera con una boquilla rizada. Echamos las cortezas de limón en el cazo del almíbar y caramelizamos un poco con los restos del sirope.
Para montar el postre, en un plato ponemos uno o dos punto grande de merengue italiano, añadimos por los laterales unos puntos de crema de limón. Disponemos también el crumble y las ralladuras caramelizadas. Con un soplete de cocina doramos ligeramente el merengue.
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Con qué acompañar la tarta de limón en postre de plato
Nuestra tarta de limón en postre de plato se puede maridar con un vino blanco fresco, como un Sauvignon Blanc o un Riesling. También es deliciosa con una copa de cava.
Si prefieres opciones sin alcohol, un buen acompañamiento para la tarta de limón podría ser un té de jazmín o incluso un café suave. También puedes considerar servirla con frutas frescas como fresas o arándanos para un toque refrescante y contrastante. ¡Buen provecho!
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