En esta bendita casa nos encantan las tartas de queso horneadas, pero reconocemos que el precio desorbitado de la luz nos echa para atrás a la hora de encenderlo. Afortunadamente existen alternativas como esta tarta de queso y yogur griego sin horno con la que darnos un capricho de forma fácil y resultona.
Os recomendamos guardar esta receta para cuando apriete el calor y la razón por la que nos mantengamos alejados del horno sea otra. Es súper refrescante, ligera y entra sin sentir. La textura tipo mousse la hace liviana y nada pesada. Un postre ideal para rematar una comida copiosa.
Nosotros la hemos decorado con frutos del bosque y la hemos acompañado con un coulis de fresas, pero se puede consumir tal cual o buscar otras combinaciones interesantes. ¿Cómo la servirias tu?
Ingredientes
- Galletas Oreo 90 g
- Mantequilla (fundida) 30 g
- Gelatina en polvo neutra 6 g
- Agua 10 g
- Esencia de vainilla 3 ml
- Queso crema (a temperatura ambiente) 150 g
- Yogur griego (a temperatura ambiente) 100 g
- Azúcar 65 g
- Nata líquida para montar (bien fría) 100 g
- Clara de huevo (a temperatura ambiente) 1
Cómo hacer tarta de queso y yogur griego sin horno
- Tiempo total 25 m
- Elaboración 25 m
Trituramos finamente las galletas Oreo. Añadimos la mantequilla, previamente fundida. Mezclamos bien hasta obtener una masa homogénea y la extendemos por la base y los laterales de un molde desmoldable de 14 cm. Reservamos en la nevera mientras preparamos la mousse.
Para ello batimos la nata con unas varillas eléctricas. Ha de estar muy fría para que monte bien y quede firme. Agregamos el queso crema, la esencia de vainilla y el azúcar y batimos lo justo para incorporar, con cuidado de no pasarnos para que no se corte la nata.
Calentamos el agua y la mezclamos con la gelatina neutra en polvo, removiendo para que se hidrate bien. Agregamos poco a poco el yogur griego, a temperatura ambiente, y mezclamos entre añadido y añadido. Incorporamos esta mezcla a la anterior.
Montamos la clara a punto de nieve y la agregamos a la mezcla del relleno. Removemos con movimientos envolventes para asegurar que no perdemos el aire incorporado con el batido. Cuando tengamos una masa homogénea la vertemos en el molde, alisamos la superficie y lo llevamos de nuevo a la nevera.
Dejamos que la tarta coja cuerpo durante un mínimo de ocho horas o, mejor todavía, toda la noche. La tarta desmoldará mejor si la pasamos al congelador una hora antes para que adquiera firmeza. También se puede congelar completamente, desmoldar y dejar que descongele en la nevera.
Con qué acompañar la tarta de queso y yogur griego sin horno
Esta tarta de queso y yogur griego sin horno, liviana, ligera y refrescante, casa a la perfección con algo de fruta y una salsa tipo coulis de fresa. Es perfecta para poner el broche de oro a una comida copiosa.
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