Tal y como su propio nombre indica, las tortas galesas o Welsh cakes son originarias de Gales, Reino Unido. Se trata de una especie de panecillos dulces a medio camino entre un scone y una tortita, aunque con un sabor y textura propios que los diferencia de los anteriores. Su elaboración e ingredientes se asemejan a los primeros, pero se cocinan en sartén o plancha, como las segundas.
Las tortas galesas o Welsh cakes tienen un punto de azúcar bajo, lo que las hace ideales para todo aquel que disfrute de un bocado dulce sin pasarse. Y para los golosos, se pueden (y en muchos sitios se suelen) espolvorear con azúcar recién cocidos. Así que son un capricho para todos los gustos. El regusto a mantequilla que queda en boca es soberbio.
En Reino Unido, son todo un símbolo de la cultura galesa que va incluso más allá de su mera gastronomía. Las amas de casa preparaban estas tortas para acompañar el té de la tarde, como parte del almuerzo que los niños llevaban al colegio y, especialmente, para avituallar a los maridos que trabajaban en las minas de carbón, convirtiéndose en un recordatorio de las delicias que les esperaban en el hogar.
Tamizamos la harina, la sal y el Baking Powder Royal en un cuenco amplio. Agregamos el azúcar y combinamos bien. Añadimos la mantequilla, bien fría y en pequeños trozos, y la incorporamos al resto de ingredientes pellizcando con las yemas de los dedos hasta conseguir una mezcla de aspecto desmigajado y algo harinoso todavía.
Es importante no excedernos manipulando la masa en este punto. Hay que evitar que se acabe fundiendo la mantequilla o acabaremos con unas tortas galesas o Welsh cakes demasiado densas y pesadas.
A continuación agregamos ahora las pasas sultanas, repartiéndolas con suavidad de manera uniforme por toda la mezcla. Por último añadimos el huevo, previamente batido, y mezclamos. Agrupamos la masa con las manos hasta compactar en forma de bola. Si la mezcla queda demasiado seca, añadimos un poco de leche -una o dos cucharadas- para hidratarla.
Espolvoreamos la superficie de trabajo con un poco de harina y estiramos la masa con ayuda de un rodillo -también enharinado- hasta conseguir un grosor de medio centímetro. La cortamos con un cortapastas de redondo de entre cinco y siete centímetros de diámetro. Reagrupamos los restos de masa y repetimos la operación hasta acabar con ella.
Seguidamente calentamos una sartén o una plancha a temperatura media y la engrasamos con un poco de mantequilla. Colocamos la primera tanda de tortas, con amontonar, y las cocemos dos o tres minutos por cada cara. Ojo al voltearlas, son bastante frágiles.
Cuando la tortas estén doradas por fuera y tiernas por dentro, las retiramos de la sartén y continuamos cociendo el resto. Podemos espolvorear las tortas con azúcar, mientras estén calientes, antes de servir. Las servimos tal cual o con un poco de mantequilla, mermelada, miel,...siempre por la superficie (no se abren por la mitad).
Con qué acompañar las tortas galesas o Welsh cakes
Las tortas galesas o Welsh cakes se sirven templadas, ya sea tal cual o con un poco de mantequilla, mermelada o miel, siempre encima de las mismas. No se abren, ni se rellenan. Se conservan a temperatura ambiente bien resguardadas del aire durante días. Para recuperar parte de su textura inicial, las calentamos unos segundos en la tostadora o en la plancha caliente a fuego lento.
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