Cuando pensamos en un crêpe, por lo general nos viene a la mente una postre, dulce, muy rico. Seguramente nos imaginamos un postre con bolas de helado, dulce de leche, chocolate, etc. O incluso podemos imaginar unos crêpes suzette. En este caso es una variante de la receta original, ya que son crêpes para elaboraciones saladas, por lo que la receta cambia bastante.
Las diferencias son, básicamente, en primer lugar la proporción de harina y leche que será distinta, ya que necesitamos que el crépe resulte más grueso. En segundo lugar, todos los aderezos, como por ejemplo, la ralladura de limón, el chorrito de licor u otras adiciones que por lo general son para ensalzar preparaciones dulces las eliminaremos. En su lugar podemos incluir, hierbas aromáticas, especias, etc.
Los ingredientes para unos 12 crêpes grandes.
1/4 litro de leche, 250 gr de harina, dos cucharadas (de café) de sal, 2 huevos, y hierbas y especias al gusto, hoy he escogido 2 cucharadas (de café) de orégano, 1 de tomillo y 1 de albahaca. Siempre depende de la preparación salada que vayáis a hacer. Por ejemplo, yo voy a hacer una que tiene pollo, por lo que estas hierbas aromáticas le van de perla. Si preparáis un arroz o algo que tenga pescado, podéis añadirle eneldo, que le va genial.
La elaboración.
Empezaremos por batir los huevos ligeramente, y los añadimos a un cuenco que tendrá la leche. Mezclamos bien.
Acto seguido añadimos la sal junto con la harina tamizada. Batimos con una varilla hasta eliminar todos los grumos.
Finalmente pasamos por un chino, para evitar que haya quedado algún grumo de la harina y añadimos las hierbas aromáticas, volvemos a mezclar.
Ahora solo queda el pasarlos por una sartén. Calentamos la sartén y tenemos tres formas de engrasarla. La mejor, ya que no aporta sabor al crêpe, es pinchar un trozo de tocino en un tenedor y lo pasamos por la sartén caliente antes de echar la masa. Otra forma es poner una gota de aceite de oliva, esparcirla bien por toda la sartén y eliminar el sobrante, reservándolo para el siguiente crêpe. La ultima opción es engrasar la sartén con mantequilla, pero es la menos efectiva, sobretodo si la sartén tiene poca anti-adherencia.
Echamos la masa con ayuda de un cazo, girando la sartén con una mano mientras echamos la masa con la otra. En seguida tocará el turno de girar el crêpe, lo mejor y más rápido es voltearlo como una tortilla, con fuerza y en el aire. Si no, podéis ayudaros con una espátula u otro utensilio.
La degustación.
Este tipo de crêpes son sobretodo para preparar platos salados. Los podéis utilizar para elaborar canelones de una forma original. También como separación de pisos en una lasaña. Incluso podéis ponerlos en un molde engrasado y secarlos en el horno, de esa forma tendréis unas tarrinas ideales para servir arroz u otro tipo de comidas.
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