Teniendo una compañera editora que es gallega de pura cepa, no se cómo me aventuro a compartir con vosotros una receta como esta. Será que la sangre madrileña que corre por mis venas me hace desplegar toda la chulería de la que somos capaces quienes hemos nacido y crecido en la capital, porque, además, es que os digo que es, en mi opinión, la masa definitiva.
Lo cierto es que recetas de empanada gallega hay muchas, la que yo os muestro es auténtica. Tanto como gallega es quien me la enseñó, que es una cocinera maravillosa y una incuestionable experta en masas. La empanada gallega es muy versátil y, aunque yo la he hecho de sardinillas, se puede rellenar de lo que más os guste. Adaptadla a vuestras preferencias, pero no dejéis de probar esta forma de hacer la masa. Os encantará.
Ingredientes
- Aceite de oliva virgen extra (relleno) 100 ml
- Cebolla (relleno) 2
- Pimiento rojo (relleno) 1
- Pimiento verde (relleno) 1
- Sardinillas en tomate en lata (relleno) 3
- Aceite de oliva virgen extra + jugos de pochar el relleno 150 ml
- Agua 150 ml
- Sal 10 g
- Harina de repostería aprox. 400 g
- Manteca de cerdo (opcional) 40 g
- Huevo 1
Cómo hacer empanada gallega de sardinillas
- Tiempo total
Comenzamos por el relleno, pues necesitamos el aceite sobrante y los jugos de las verduras para preparar la masa. Para ello, pelamos las cebollas y las cortamos en juliana. Lavamos los dos tipos de pimiento, retiramos los pedúnculos y las semillas y los cortamos en juliana. Calentamos el aceite de oliva virgen en una sartén amplia y pochamos las verduras durante el tiempo necesario para que cuezan sin tomar color, a fuego muy suave.
Retiramos las verduras del aceite y las colocamos sobre un colador, dejando escurrir bien sus jugos. Mezclamos el aceite con los jugos y lo vertemos en una jarra medidora. Necesitamos 150 ml esta mezcla, pero si no nos llega podemos completar con aceite de oliva virgen. Agregamos otros 150 ml de agua, la sal y removemos.
A continuación, incorporamos la harina poco a poco. Removemos, en un principio, con una cuchara de madera. Según vayamos agregando más harina y la masa vaya espesando, pasamos la masa a una superficie de trabajo limpia y amasamos para amalgamar.
Una vez añadida toda la harina, estiramos la masa y repartimos la manteca en pegotes por toda la superficie. Amasamos de nuevo hasta incorporarla completamente a la masa. Envolvemos la masa en papel transparente y dejamos que repose en la nevera de 20 a 30 minutos, para que se vuelva más manejable.
Una vez reposada la masa, montamos las empanadas. Dividimos la masa en ocho trozos, extendemos cuatro de ellos sobre una bandeja de horno, estirándolos con los dedos, cubrimos con las verduras, previamente salpimentadas, y las sardinillas. Extendemos los otros cuatro trozos de masa y los usamos para cubrir las empanadas.
Doblamos los bordes de la masa que forma la base sobre la masa de la superficie y apretamos ligeramente con los dedos, formando un cordón. Podemos utilizar los sobrantes de masa para decorar las empanadas. Yo he hecho distintos dibujos, pero al gusto de cada cual. Hacemos un agujero en el centro de cada empanada, para que el vapor escape por el y no se abombe con el horneado.
Pinchamos la superficie de las empanadas con un tenedor o con una brocheta. Batimos el huevo y pincelamos cada empanada. Así, cuando la masa se cueza en el horno, quedará brillante. Horneamos a 180ºC durante 35-40 minutos o hasta que veamos que la superficie ha adquirido un tono dorado. Retiramos del horno y dejamos atemperar antes de servir.
Con qué acompañar la empanada gallega de sardinillas
Cualquier momento del día es bueno para disfrutar de esta empanada gallega de sardinillas, pero mi preferido es el de la cena. Si la acompañamos de una ensalada de hojas verdes variadas, tendremos un completo y saludable menú. Recién salida del horno o fría después de un tiempo de reposo, está igualmente deliciosa.
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