Cuando tengo una comida especial y quiero servir el pan de una forma distinta de las típicas rebanadas, preparo esta receta de rosquilletas saladas y os aseguro que triunfo cada vez que las sirvo. Son fáciles de hacer, tanto si se usa la Thermomix como si no, están buenísimas y además deliciosamente crujientes ¿Qué más se puede pedir?
En realidad, como es una masa muy maleable, se pueden dar otras formas al acabado final, pero esta me pareció sencilla y resultona así que no quise complicarme más. En internet podéis encontrar distintos paso a paso con otras propuestas de trenzado, si sois mañosos os encantará experimentar con otras presentaciones.
Si usamos la Thermomix, ponemos en el vaso el aceite y el agua y programamos 2 min/40º/vel 2. Agregamos la levadura y mezclamos 5 seg/vel 3. Incorporamos la harina y la sal y amasamos 3 min/vel espiga. Si no usamos la Thermomix, calentamos en un cazo al fuego o en el microondas el aceite con el agua, agregamos la levadura y removemos hasta su disolución. En un bol grande ponemos la harina y la sal y agregamos la mezcla anterior. Amasamos hasta conseguir una masa lisa.
En ambas preparaciones, dejamos reposar la masa hasta que doble de volumen, aproximadamente una hora. Precalentamos el horno a 150ºC. Cogemos porciones de masa de 5 g y haciendo girar la porción sobre la encimera le damos forma de bastón de 20 cm de largo, formamos un lazo y los vamos colocando sobre una bandeja de horno forrada con papel de hornear. Hornear unos 30 minutos o hasta que estén ligeramente doradas.
Con qué acompañar las rosquilletas saladas
Con las medidas que usé, salen muchas rosquilletas. Tenedlo en cuenta si no sois muchos comensales a la mesa. Siempre podéis aumentar o disminuir proporcionalmente las cantidades de ingredientes según vuestras necesidades. Guardad estos panecillos crujientes en un recipiente hermético hasta la hora de servir para que no se ablanden. Son ideales para servir tanto como aperitivo, para untar un paté o una crema, como con el plato principal.