Las alitas de pollo levantan pasiones. Hay gente que las detesta, porque siempre implican mancharse las manos, pero muchos las consideramos, de largo, la mejor parte del pollo.
Si eres de esos que prefiere la pechuga, esta receta no es para ti. Pero, atentos, amantes de las alitas: esta forma de cocinarlas cambia las reglas del juego.
Las freidoras de aire reciben este nombre porque tratan de imitar los resultados de una freidora, pero, en realidad, se parecen mucho más a un horno, solo que con un potente ventilador, que precisamente para las alitas es mano de santo.
El secreto para clavar las alitas reside en hacerlas en dos tiempos, cocinándolas durante 15 minutos a 180º C para rematarlas después durante 5 minutos a 200º (o, incluso, 220º, si tu aparato alcanza esa temperatura) para lograr que la piel quede más crujiente. Por lo demás, basta escoger buenos condimentos, como la mezcla que os proponemos a continuación, que resulta infalible.
Esta receta se puede hacer con tantas alitas como quepan en la superficie de la bandeja de tu freidora sin aceite. Ahora bien, solo pueden ocupar una capa. En ningún caso pueden estar superpuestas o no lograremos que queden crujientes. Esto limita mucho la cantidad de alitas que podemos hacer, que en muchos casos no pasarán de tres o cuatro.
Si las alitas no están partidas, pártelas en dos mitades. Colócalas en un bol y condiméntalas con pimenton dulce o picante, unas vueltas de pimientra negra recién molida, una pizca de sal y ajo granulado al gusto. Asegurate de que las alitas estén bien embardurnadas por las especias en todos lados.
Dispón las alitas en la bandeja de la freidora sin aceite sin que se superpongan, y prográmala a 180º C durante 15 minutos. Pasado este tiempo, cocínalas a 200º durante 5 minutos. Extrae las alitas con ayuda de unas pinzas (con cuidado de que no entren en contacto con la grasa que quedará al fondo) y sirve de inmediato.
Con qué acompañar las alitas
El condimento de estas alitas se puede variar en muchas combinaciones, añadiendo todo tipo de especias. Aunque están riquísimas solas, dependiendo del aliño que lleven, podemos acompañarlas de diversas salsas. A mi me gusta acompañar las alitas con salsas picantes, como la salsa brava, el adobo de chile verde o una buena sriracha casera, pero también van genial con mostaza, mayonesa o salsa tártara.
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