Este es uno de esos bocados que te harán quedar de miedo con los invitados. Son fáciles, económicas y están deliciosas. Tanto que no vas a querer que se acabe el aperitivo y comience la comida o la cena. ¡A estas croquetas de patata y menta no se les puede pedir más!
Si no te apetece poner la patata a cocer, puedes hacer un puré de patata espeso con copos y dejar que se enfríe antes de continuar con la receta. Prepárate para hacer muchas porque una vez servidas las vas a necesitar. Volarán de la bandeja. Palabrita.
Calentamos abundante agua en una cacerola y cocemos la patata sin pelar durante 20-30 minutos o el necesario para que quede tierna. Retiramos, dejamos atemperar antes de pelar y machacar con un tenedor. Salpimentamos al gusto.
Picamos finamente 26 hojas de menta (reservando 14 para decorar junto con la mayonesa -ver lista de ingredientes-) y mezclamos con la patata machacada. Con ayuda de una cucharilla tomamos pequeñas porciones y boleamos. Rebozamos cada una en harina, pasamos por huevo batido y, después, por pan rallado.
Freímos en abundante aceite caliente y escurrimos sobre papel absorbente para retirar el exceso de grasa. Decoramos con una gota de mayonesa y una hoja de menta. Servimos inmediatamente. Podemos hacerlas con antelación y mantenerlas calientes en el horno a 50º C.
Con qué acompañar las croquetas de patata y menta
A este bocado tan refrescante en boca le sienta genial una copa de cava, de vino blanco fresco y ligero o una cerveza suave. Aunque, ya se sabe, que sobre gustos no hay nada escrito y que seguro que vosotros también tenéis ideas. Sea como fuere, no dejéis de probar estas croquetas de patata y menta. Tan deliciosas que no querréis que se acabe el aperitivo.