La gastronomía de Japón va mucho más allá del sushi, el ramen, los mochis o los dorayakis. Entre la infinidad de recetas tradicionales que la componen están los langostinos en tempura. Un bocado delicado, sabroso y muy sencillo de preparar que es el protagonista perfecto del picoteo de este finde.
La tempura es un rebozado ligero en el que se cubre un alimento para después freír en abundante aceite caliente. Cogerle el punto es importante, pues lo que se busca es que la capa de masa quede lo más fina posible, aportando un exterior crujiente y manteniendo jugoso el interior. Os contamos cómo hacerla y que os quede perfecta.
Retiramos las cabezas de los langostinos y los pelamos (podemos hacer un fumet con ello), dejando la cola y el último trocito de piel, el que está pegado a la cola. Retiramos y desechamos el intestino negro del interior.
En un recipiente amplio mezclamos la harina, la yema de huevo y un pellizco de sal. Añadimos agua muy fría (de la nevera) poco a poco y removemos para integrar. Paramos cuando hayamos obtenido una masa fina, suave y sin grumos.
Sumergimos los langostinos, sujetando por la cola, en la masa. Dejamos escurrir el exceso antes de depositarlos en una sartén con abundante aceite caliente. En cuanto estén dorados los retiramos y los colocamos sobre papel absorbente para retirar el exceso de grasa. Servimos inmediatamente.
Con qué acompañar los langostinos en tempura
Aunque se pueden comer tal cual, siempre recién hechos, estos langostinos en tempura casan a la perfección con algún tipo de salsa. Podemos saltear las cabezas del marisco, triturarlas para sacar sus jugos y usarlo para dar sabor a una mayonesa.
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