Si os gusta el queso y el picoteo os recomiendo estos vasitos de pannacotta de parmesano con mermelada de tomate, ideales como aperitivo. En esta ocasión, el postre italiano por excelencia, pasa del dulce al salado para así comenzar de una manera muy original cualquier comida.
La mermelada de tomate ahora ya es habitual encontrarla en cualquier supermercado sin tener que dar muchas vueltas, pero si disponéis de tiempo podéis prepararla fácilmente casera siguiendo alguna de las recetas que os proponemos en Directo al Paladar. El contraste entre ambos sabores es delicioso, y la densidad de la capa de queso se dulcifica con la mermelada azucarada pero que a la vez aporta el toque ácido del tomate.
Comenzaremos repartiendo la mermelada de tomate en el fondo de los vasitos haciendo una capa lisa y homgénea. Seguidamente ponemos en un cacito la nata, la leche y el queso parmesano y el agar-agar o gelatina en polvo.
Llevamos todo a ebullición removiendo sin cesar pero despacio con unas varillas, intentando que no se hagan burbujas, dejamos cocer durante dos minutos. Añadimos un poco de pimienta molida al gusto y rectificamos de sal.
Vertemos a través de un colador la mezcla repartiéndola entre los chupitos, dejamos cuajar un mínimo de tres horas. Servimos bien frío.
Con qué acompañar la pannacotta de parmesano
Esta original pannacotta salada es ideal para formar parte de los aperitivos de una comida de picoteo o para abrir cualquier menú, incluso para las celebraciones festivas. Además cuenta con la ventaja de que ya está preparada de antemano y solo es retirarla del frigo y servir mientras que terminamos otras preparaciones que si tengan que hacerse en el último momento. Podemos acompañarla de algunos crackers caseros o granola salada.
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