Me gustan estos pequeños vasitos de tartar de queso de cabra y manzana, son un entrante estupendo, fresquito y que favorecen una digestión poco pesada. En su origen se dice que el tartar fue una preparación original de las tribus tártaras y en un principio siempre se elaboraba con carne. Ahora tenemos multitud de versiones y la carne de ternera ha dejado paso a pescados, mariscos o incluso frutas, como es el caso del que os traigo hoy.
Yo lo he puesto en pequeños vasos pero queda estupendo, si es para mini bocados, en cucharillas de porcelana o pequeñas salseras. Se coloque donde se coloque lo cierto es que forman sus ingredientes un contraste de sabores muy especial.
Cortar el queso de cabra en tacos pequeños. Cortar la manzana pelada en cuadrados menudos y por último desgranar la media granada. Mezclar todos los ingredientes en un bol.
Exprimir medio limón y mezclar este zumo con las dos cucharadas de aceite de oliva, el perifollo picado u otra hierba, la sal y la pimienta. Mezclar con las frutas y el queso. Remover para impregnar bien.
Con qué acompañar el tartar de queso
Este tartar de queso de cabra y manzana es una alternativa fresca cuando no apetece tomar carne o pescado y además mucho más ligera. Se debe dejar reposar 15 minutos como mínimo en la nevera para que se impregnen bien los sabores, pero hay que procurar que no se sirva excesivamente frío. Riquísimo con unas tostaditas de pan o galletas saladas.
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