La cantidad de recetas de arroz que hay en España es altísima y muchas de ellas, incluidas algunas de las más icónicas, las hemos hecho en DAP. Es el caso de la paella mixta, de la paella valenciana, del arroz negro, del arroz a banda, del arroz al caldero o del arroz con bogavante. Sin embargo, nos faltaba darle cancha al arroz a la zamorana.
No solo de arroces levantinos y mediterráneos vivimos, evidentemente, y este arroz potente, a base de carnes, es fiel reflejo de la cocina de Castilla y León, compartiendo cierto estilo con otro plato también a base de arroz y casquería como es la chanfaina salmantina.
Intenso donde los haya, pero muy sabroso, el arroz a la zamorana puede llevar panceta, chorizo, picadillo, salchichas frescas y taquitos de jamón, además de una punta de pimentón que suele darle aún más potencia.
Lo normal es que además sea un arroz que tienda hacia lo meloso y lo seco, mucho más que hacia lo caldoso, y siempre es conveniente que los granos de arroz tengan un punto de cierta mordida para que no quede como una pasta.
Cortamos la panceta en trozos de un centímetro, las salchichas en trozos de tres centímetros, cortamos la cebolla, el ajo y el pimiento rojo en brunoise y rallamos los tomates.
En una olla grande ponemos una cucharadita de manteca de cerdo y una cucharada de aceite de oliva y, a fuego medio-fuerte, marcamos los trozos de panceta, de salchicha, las rodajas de chorizo y las reservamos.
Bajamos el fuego y sofreímos el ajo la cebolla y el pimiento en el aceite y grasas que han soltado las carnes junto con todas las especias durante 10 minutos.
Añadimos una cucharadita de pimentón, cocinamos 10 segundos, añadimos los tomates rallados y cocinamos hasta tener un sofrito seco. Con el sofrito seco ponemos el picadillo de chorizo y los taquitos de jamón y cocinamos dos minutos.
Ponemos el arroz, el resto de las carnes y removemos todo muy bien para incorporar todos los sabores. Añadimos el doble de volumen de caldo con respecto al arroz, probamos el punto de sal y llevamos a cocción minima el tiempo estipulado por la marca de arroz.
Servimos caliente en su propia cazuela.
Con qué acompañar el arroz a la zamorana
Su contundencia invita a convertirlo en plato principal, donde podríamos recurrir a poco más que una ensalada de pimientos asados para compartir, a algún aperitivo también ligero o directamente apostar por alguna de estas recetas de postres fáciles y rápidos para rematar la comida.
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