Esta mañana no sabía qué hacer para comer así que, para encontrar la “inspiración”, me he dado un paseo por mi mercado habitual. En él, he visto que ya empezaba a haber guisantes frescos en varios puestos así que he pensado en hacer un arroz con ellos. ¡Ya está aquí la primavera amigos!
Además, también tenían colmenillas frescas. Eso sí, a precios de escándalo así que al final me he decidido por unas que ya estaban medio puestas a secar y por las que me han rebajado el precio.
Con todo ello, hemos preparado hoy en casa este Arroz de primavera con colmenillas que ha quedado de rechupete. Si es que no tengo abuela.
Pasen y vean.
Los ingredientes para 2 personas
100 gr. de colmenillas (morchella conica), 100 gr. de guisantes, 200 gr. de arroz, 1 puerro, 150 ml. de vino blanco, 1 litro de caldo de verduras, 50 gr. de mantequilla, parmesano rallado y aceite de oliva virgen extra (AOVE).
La preparación
En primer lugar, hacemos un caldo corto de verduras con las que tengamos a mano por casa. En este caso fueron un nabo, una zanahoria, una cebolla y un puerro.
Mientras, desenvainamos los guisantes y los reservamos. Limpiamos las colmenillas de la tierra u otras impurezas que puedan tener y las reservamos. Rehogamos en un cazuela de hierro colado o similar el puerro cortado pequeño en un poco de AOVE y la mitad de la mantequilla.
Cuando el puerro esté bien pochado introducimos los guisantes y las colmenillas y dejamos rehogar unos minutos. Añadimos el vino blanco y dejamos evaporar. Añadimos el arroz y lo cubrimos de caldo o agua si no tenemos. Dos partes de agua por una de arroz, y algo más en este caso si queremos que quede un poco caldoso.
Una vez el arroz está casi en su punto, retiramos del fuego y añadimos el resto de la mantequilla y el parmesano rallado.
Tiempo de elaboración | 1 hora
Dificultad | Media
La degustación
Este Arroz de primavera con colmenillas es un plato en el que la melosidad de la mantequilla en el sofrito juega su protagonismo. La verdad es que en un principio no iba a ponerle parmesano ni mantequilla en la etapa final y quería probar de ponerle sólo un hilillo de aceite por encima a la hora de servirlo. Pero, al final no he podido resistirme —me encanta el parmesano-, y además he recordado que tenía en el congelador esta mantequilla trufada que he utilizado para aromatizar y ha quedado con un estilo más tipo “risotto”, meloso y suave.
Para beber, esta vez a sido un vino blanco. Una potente garnacha blanca del Empordà: Vinya dels Aspres Blanc 2005. Notable combinación.
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