Hay recetas que se repiten a lo largo de los años en una casa, que gustan a los mayores y van conquistando poco a poco a los niños, para después éstos pedírselas los domingos a su abuela como si de una tradición se tratara. Es el caso de este plato que os traigo hoy, albóndigas con patatas rellenas, preparado habitualmente por Mari, la madre de una amiga y que generosamente me ha dado su receta para que pueda compartirla con vosotros.
Es un plato muy cómodo pues a diferencia de las albóndigas en salsa de tomate clásicas, en la misma cazuela ya va la carne y su guarnición, que no son más que unas patatas deliciosas rellenas con la misma preparación.
Comenzaremos mezclando la carne picada con sal, ajo y perejil y le añadiremos los huevos batidos. Hacemos bolas del mismo tamaño y las rebozamos en harina. Reservamos.
Mientras, pelamos las patatas, las cortamos a la mitad longitudinalmente y le sacamos parte del interior con un sacabolas metálico. Rellenamos cada patata con una albóndiga y también las rebozamos con harina. Dejamos el resto que nos sobra para que queden como albóndigas de carne clásicas.
Ponemos una sartén al fuego con el aceite de oliva, vamos friendo primero las albóndigas de carne y después las patatas rellenas con las albóndigas. Las reservamos en una cazuela de fondo grueso.
Retiramos la mitad del aceite de freír y le añadimos el vino y el agua y dos hojas de laurel, echamos esta salsa encima de las patatas y de las albóndigas y dejamos que se cocinen durante cuarenta minutos aproximadamente.
Con qué acompañar las albóndigas con patatas rellenas
Estas albóndigas con patatas rellenas son estupendas para servir pues llevan su guarnición incorporada. Podéis si os apetece preparar solamente patatas rellenas y no dejar ninguna albóndiga como tal, pero resulta simpático la mezcla de las dos y ver como cada uno escoge lo que más le apetece.
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