El pavo es una de esas carnes denominadas carnes blancas, por lo que es baja en grasa y poco calórica y una alternativa ideal para cuando queremos cambiar del clásico pollo. Hoy vamos a aprender cómo hacer unas albóndigas de pavo, sencillas, económicas y saludables, y que seguro van a encantar a los pequeños de la casa con su sabor suave.
En esta ocasión las he acompañado con una salsa de tomate casera, y unos espaguetis como acompañamiento, pero podéis cambiar la receta por la salsa que más os guste, pues es una carne que casa con muchos sabores, incluso con salsas con toques agridulces, un añadido estupendo a nuestro repertorio de recetas de albóndigas.
Ingredientes
- Pechuga de pavo picada 400 g
- Pan rallado 25 g
- Dientes de ajo 3
- Huevos talla L 1
- Sal
- Pimienta negra molida
- Perejil fresco
- Aceite de oliva para freír
- Harina de trigo para rebozar las albóndigas
- Tomate triturado 800 g
- Cebolla 120 g
- Azúcar
- Aceite de oliva virgen extra 50 g
- Albahaca fresca
- Orégano fresco
Cómo hacer albóndigas de pavo
- Tiempo total 50 m
- Elaboración 10 m
- Cocción 40 m
Comenzaremos preparando la salsa de tomate casera. Para ello en una sartén ponemos el aceite de oliva virgen extra a calentar, y añadimos la cebolla y uno de los dientes de ajo picadito y que sofreiremos durante siete minutos hasta que estén transparentes. Añadimos el tomate triturado, media cucharadita de azúcar, sal, albahaca y orégano al gusto y cocinamos durante veinte minutos. Reservamos.
Ponemos la carne de pavo picada en un bol, le añadimos el huevo batido, los otros dos dientes de ajo picaditos, el pan rallado, sal y pimienta. Amasamos toda la mezcla con una cuchara y vamos haciendo bolas del mismo tamaño, las rebozamos en un plato ligeramente con harina y las reservaremos en una fuente. Ponemos una sartén al fuego y las vamos friendo por tandas, dejándolas después cocinarse durante 15 minutos en la salsa de tomate.
Con qué acompañar las albóndigas de pavo
Las albóndigas de pavo son de esos platos de diario a los que siempre puedes recurrir cuando, aparte de tener éxito con tu familia, quieres ofrecerles un menú saludable. Es un plato que congela muy bien por lo que puedes preparar una tanda grande para repartir en dos o tres veces.
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