Las albóndigas son una de las elaboraciones tradicionales más populares de la gastronomía española. Un clásico que siempre triunfa y que admite muchas versiones. De carne, de pescado, de verduras, con o sin salsa... Todas válidas y todas exitosas. Pues si algo tiene este invento en forma de bola es que vuela de los platos según llegan a la mesa.
Siempre las he preparado de forma tradicional, es decir, en sartén o cazuela. En ocasiones las paso por harina y las frío en un poco de aceite antes de darles una cocción corta en la salsa elegida, aunque también me gusta saltarme este paso y llevarlas directamente a la salsa. Quedan más ligeras y se ensucia menos.
De un tiempo a esta parte me he aficionado a preparar albóndigas en freidora de aire. Es la manera más cómoda. Una vez hecha la mezcla y boleadas, solo hay que introducirlas en el cestillo y rociarlas con un poco de aceite antes de poner la máquina en funcionamiento. Quedan ligeramente crujientes por fuera y jugosísimas por dentro. ¡Para comerlas a dos manos!
En un recipiente hondo y amplio mezclamos el huevo con la leche, la mostaza y el ketchup y batimos. Agregamos el pan de molde y aplastamos con un tenedor hasta obtener una papilla homogénea. Añadimos el ajo granulado, el orégano y sal y pimenta al gusto.
A continuación incorporamos la carne picada y mezclamos bien hasta integrar todos los ingredientes. Si tenemos tiempo dejamos reposar la masa en la nevera durante un par de horas. Si no es el caso, formamos las albóndigas directamente. Para ello tomamos pequeñas porciones de masa, procurando que sean del mismo tamaño, y las boleamos.
Engrasamos ligeramente el cesto de la freidora de aire, introducimos las albóndigas -sin apelotonar- y las pulverizamos con aceite. Programamos cinco minutos a 200ºC, abriendo a media cocción y removiendo las albóndigas. Una vez listas las podemos tomar tal cual o darles un hervor corto en algún tipo de salsa.
Con qué acompañar las albóndigas en freidora de aire
Aunque se pueden disfrutar tal cual salen de la freidora de aire, las albóndigas casan bien con muchas salsas, pero mi favorita es la salsa de tomates asados, que también preparo en freidora de aire. Puedes preparar una guarnición de arroz blanco o un puré de patata, acompañarlas de una ensalada o una parrillada de verduras si prefieres algo más ligero.
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